¡¡ LAS VARIADAS SENSIBILIDADES, SOBRE LA TRANSICIÓN ECOLOGICA-ECONOMICA-SOCIAL,...LOCAL,MUNDIAL,INTERPLANETARIA,...¡¡¡???¡¡¡: Y PORKUAK,...¡¡??¡¡.
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HOLA, SALUDOS,¡¡¡, de @lucianomediane2-// lukymá.-Lmm.- Os comento desde mi responsabilidad de secretario de la asociación I.S.M.A., CON BLOG : isma-autogestion-prolets-pops.blogspot.com // SOLO UNA COSA-NOTICIA ¡¡. "" YAYO HERRERO, UNA POPE DE ECOLOGISTAS EN ACCIÓN, ESTADO ESPAÑOL,...HA ESCRITO Y DIVULGADO DE QUE HAY QUE HACER LA TRANSICION ECOLOGICA,...CUESTIONES ALTERNATIVAS ENERGÉTICAS,...ETC,... POR LAS BUENAS O POR LAS MALAS,...ETC,...¡¡¡. EN SU TW, - @yayoherrero - LO TIENE VARIAS VECES EXPRESADO,...¡¡¡. SE LO COMENTO, PARA VER, QUE OPINIÓN TIENEN USTEDES,... YO/NOS, LA COMBATIMOS RADICALMENTE CON FILOSOFIA PROLETS-PROLETS-MULTIPOPULAR UNIVERSAL,...¡¡¡. ESTA SRA. ESTÁ BIEN RELACIONADA CON EL GOBI UNIPODMAFISOCIATA-SOE,...¡¡¡. CON EL PCE-IU, PODEMOS PARTIDO,...ETC,...¡¡¡. Y CON MUCHAS ENTIDADES-INSTITUCIONES PRIVADAS, PUBLICAS, ESTATALES,...¡¡¡. -- SUERTE, SALUD,...ENHORAGUENA,...¡¡¡. Málaga, est.spánikus--euraka-- Alboranences-- 29006 ¡¡¡. 23 de diciembre de 2.021 ¡¡¡.
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¡¡ La Transición Renovable durante el Colapso – 15/15\15 (15-15-15.org) ¡¡
La Transición Renovable durante el Colapso
-- Existen varios escenarios imaginados en el camino hacia un 100% de energías renovables.
Para identificarlos los llamaré:
- Capitalismo verde
- Tecno-optimismo estacionario
- Permacultura con decrecimiento
- Colapso ecologista
Por supuesto lo normal será que cada persona se encuentre entre varios de estos escenarios-tópico.
1. Capitalismo verde
El capitalismo verde o BAU verde o capitalismo natural (natural capitalism), tiene defensores prominentes desde hace décadas: Amory Lovins y su RMI puede ser el más claro ejemplo que implícitamente es seguido por aquellos escenarios 100% renovables que desarrollan asociaciones ecologistas como Greenpeace o WWF (aunque ellos no se identifiquen seguramente en este grupo, en sus informes no dicen claramente que haya que abandonar el sistema socio-económico actual capitalista).
A estas alturas algunos ya sabemos que este escenario es imposible: bajo el paraguas del capitalismo no se puede hacer una transición 100% renovable a la vez que sigue el BAU por su camino habitual, pues el capitalismo requiere crecimiento económico y éste requiere crecimiento material y energético en un sistema planetario del que ya hemos sobrepasado los límites.
2. Tecno-optimismo estacionario
El tecno-optimismo estacionario significa una transición a un modelo económico estacionario (quizás con un pequeño crecimiento inicial y luego un ligero decrecimiento hasta el estado estable). Requeriría un Plan Mundial de Emergencia en el que buena parte de los recursos de capital, trabajo y energía/materia fueran dirigidos a esa transición renovable. Este modelo se propone en un horizonte temporal relativamente pequeño (2050) para los cambios revolucionarios que deberían darse en el sistema político-económico. Se hace con prisas para evitar los peores efectos del Caos Climático, quizás dirigido por una especie de ecosocialismo desde arriba.
El tecno-optimismo estacionario, en mi opinión, sobrepasa límites tecnológicos factibles y sostenibles de las energías renovables, a la vez que me parece imposible, desde el punto de vista social, poder llevar a cabo tal cambio en tan poco tiempo, pues los sistemas político-económicos no se desmontan y reconstruyen en dos o tres décadas, sino que requieren siglos. Quizás en tan poco tiempo solo podría intentarlo una especie de dictadura mundial ecologista, algo que ningún investigador serio está proponiendo.
3. Permacultura con decrecimiento
La permacultura con decrecimiento es un escenario minoritario pero quizás es el imaginado por muchos de los que leen estas líneas (o una mezcla entre el anterior y este). Es el modelo que encaja con la permacultura, con Ted Trainer y su Simpler Way, el de muchos ecologistas (Ecologistas en Acción, por ejemplo) que hablan de volver a lo local en lo productivo y en la organización social, el de libertarios y otros anticapitalistas concienciados de los límites al crecimiento y de la necesidad del decrecimiento.
Imaginan un mundo 100% renovable, frugal y austero, adaptado a los ecosistemas, humanista, un mundo que no tiene que renunciar a un cierto post-industrialismo, quizás con lavadoras y frigoríficos A++++, pequeños ordenadores, móviles e internet ligeros, etc., es decir, el vector energético electricidad con renovables seguiría presente para mover bicis eléctricas —que no vehículos pesados—, trenes de corta distancia con mercancías y pasajeros, trolebuses, etc. Un mundo sin casi aviones ni grandes barcos, con pequeños barcos a vela más motor eléctrico, con generación renovable local autosuficiente a escala doméstica y de pequeña industria manufacturera semiartesanal.
Tecno-optimismo estacionario vs. Permacultura+Decrecimiento
La diferencia entre el tecno-optimismo estacionario y la permacultura con decrecimiento en cuanto al uso de renovables es que el tecno-optimismo imagina grandes plantas solares en los desiertos y molinos de viento de 5 MW o más en las plataformas marinas en un sistema eléctrico en Red Mundial (como imaginaba ya Buckminster Fuller hace 80 años) o al menos de escala macro-regional (todo América, Europa + África, Asia + Oceanía), todo esto para proporcionarnos un nivel material de vida similar al europeo de hace 30 o 40 años aunque con la complejidad de Internet. En cambio, la permacultura proyectaría un mundo que en las necesidades materiales y energéticas se parecería más al mundo rural de nuestras abuelas (de hace 80 o 100 años) aunque sin renunciar a ciertas tecnologías liberadoras (agua corriente, lavadora, frigorífico) con un plus añadido de respeto/amor hacia la tierra y los seres vivos y ecosistemas —cosa que no era así hace 80 años. Al ser un mundo más localista puede que la diversidad tecnológica fuera más alta y en regiones ricas en renovables —pensemos en Paraguay o Bután con enormes cantidades de agua— quizás se mantenga una cierta industria compleja frente a otras zonas mucho más pobres como zonas desérticas —con sol pero sin agua—.
Ambos escenarios tienen alguna ventaja sobre el otro y también inconvenientes.
La ventaja del modelo tecno-optimista más clara es que es mucho más eficiente desde el punto de vista puramente tecnológico: un molino de 5 MW da mucha más energía neta que 5.000 molinos de 1KW, o una planta fotovoltaica de 100 MW da mucha más energía neta que esa potencia instalada en miles de tejados en una ciudad y éstos dan mucha más energía neta que si los tejados están aislados de la red (con apoyo de baterías). El problema de la Tasa de Retorno Energético (TRE) es clave aquí. El sector fotovoltaico en Alemania (mayoritariamente en tejados domésticos) probablemente sea un sumidero y no una fuente energética. Si los molinos en plataformas marinas continentales tienen una baja TRE, dando poca energía neta al sistema, los molinos pequeños eléctricos en la mayoría de las ocasiones rayan una TRE de 1, convirtiéndose en sumideros de energía. La concentración solar para producir electricidad no da casi nada de energía neta. Y lo peor es que cuando el sistema se vaya aproximando al 100% renovable la TRE tenderá a bajar y no subir. En el sistema tecno-optimista, como la complejidad del sistema se mantiene casi en su totalidad, seguiremos quizás haciendo paneles fotovoltaicos y molinos eólicos cada vez más eficientes, pero lo contrario ocurriría en un modelo permacultural menos complejo, seguramente incapaz de hacer paneles fotovoltaicos de alta eficiencia. En un sistema menos complejo, las máquinas alemanas que hacen los paneles o molinos en China con elementos raros extraídos de minas africanas dejarán de fabricarse. El riesgo del sistema permacultural-decrecentista es que el sistema tecnológico disminuya tanto que muchas de las tecnologías que dicho escenario imagina, no sean factibles o no merezcan la pena.
Incluso en el sistema tecno-optimista la TRE también disminuiría según fuera teniendo éxito en su penetración. Esto no es fácil de intuir pero la explicación está en la propia naturaleza de las fuentes renovables. Al depender de fuentes variables (sol, viento) no queda más remedio que generar infraestructuras de almacenamiento —que requieren energía y materiales—, redes eléctricas mayores y más complejas —que requieren energía y materiales—, sobrecapacidades que instalar para dar la misma energía final —que requieren energía y materiales—, etc. Todos estos factores hacen bajar la TRE hasta el punto de que en algunas de ellas, en especial la fotovoltaica, la off-shore eólica y, sobre todo, la concentración solar, tendemos a TREs del orden de 1, desplomando el hipotético sistema. Es verdad que a escala macro-regional, cuando no sopla el viento en el norte de Europa puede que el sol sahariano cubra parte de la demanda (si es de día). Así que la gestión de la demanda —que es mucho más fácil en la permacultura que en el tecno-optimismo— sería un imperativo. Las noches sin viento los permacultores contarán cuentos a la luz de la chimenea eficiente, mientras que los tecno-optimistas tendrán que apagar sus fábricas de paneles solares.
El sistema tecno-optimista tiene algunas desventajas más:
- Requiere una cantidad enorme de esfuerzo coordinado mundial (complejo) a tres escalas: energía/materia, economía y trabajo humano. Es el nivel energético-material el que hoy es posible con un sistema capitalista y de fuentes fósiles y que requiere de él mientras lo transforma. Es el sistema económico capitalista el que hay que forzar para eliminarlo —le pedimos que se suicide mientras en realidad está pervirtiendo el sistema energético renovable— y lo que es una ventaja a bajo nivel —la creación de puestos de trabajo— resulta que a altos niveles de penetración y dada la baja TRE asociada, los trabajos directos e indirectos que absorbe en el sector primario —energético, minero y alimentario— es mucho mayor que el sistema actual fósil capitalista excluyente, haciendo que más del 20% de los trabajadores regresaran a este sector (en países industriales este porcentaje es del 2-3%) imitando la pirámide de trabajadores típica de un país empobrecido. Las renovables pueden generar una vuelta a un sistema de clases sociales pre-industrial en un mundo industrial, donde casi todo el mundo se dedicaría al sector primario, dejando menos espacio para los servicios y sectores propios del lujo post-industrial, como ingenieros y físicos dedicados al desarrollo de sistemas renovables en las universidades o centros de investigación.
- De hecho el tecno-optimismo no enfoca con claridad el resto de problemas civilizatorios y de transición acuciantes: biodiversidad, agua, suelos y desigualdad humana. Requeriría agua en zonas desérticas, perturbar ecosistemas en aguas poco profundas, generaría alta ocupación del territorio, compitiendo —ya lo hace— con otros usos (agricultura, pastos, bosques). ¿Es que el Sáhara va a alimentar Europa y no Nigeria?
- Al ser un sistema dirigido desde arriba se corre más riesgo de que élites económico/políticas lo controlen, ¿un ecosocialismo estilo China? Por tanto quizás no presten cuidado al problema de la desigualdad.
- Tampoco enfrenta el problema de la población —que ante una economía estacionaria supone menos para todos o más desigualdad—, ni los flujos migratorios —hay que instalar infraestructuras en los desiertos, crear allí pueblos y ciudades para los trabajadores—, ni el control de los minerales y regiones de alta densidad de fuentes renovables. ¿Quién cuidará las líneas de alta tensión y los parques fotovoltaicos del Sáhara, necesariamente dispersos y frágiles ante el robo o el terrorismo? Hoy ya no es fácil defender zonas de pozos de petróleo o gas natural, refinerías o centrales nucleares; aunque su alta densidad energética por metro cuadrado que ocupan lo hace muchísimo más fácil que cuidar las líneas de alta tensión que atravesarían África o Asia partiendo de desiertos.
- Si se evitara la desigualdad y se estanca la población en 10,000 millones de habitantes, en zonas hoy como el noreste de EEUU, centro Europa o Japón verían reducido su consumo energético en más de un 80% —a pesar del incremento de la eficiencia de la electricidad respecto a las fósiles—. ¿Puede mantener Europa un sistema post-industrial sin romperse socialmente con 1/5 de su energía per cápita?
El escenario permacultural parece pensar más en la equidad y el ecologismo necesarios que ninguno de los otros, lo que es una clara ventaja. Además requiere menos energía —obtiene menos—, pero seguramente un cambio social mayor pues en este escenario los europeos verían reducida en más de un 90% su actual consumo energético. El retroceso percibido en el ínterin se socializaría con más problemas que si ya vives en esa pobreza energética. Por tanto, exigirá muchísima solidaridad a pueblos hoy poco acostumbrados a ejercerla.
La eficiencia tecnológica del sistema renovable en este escenario es inferior al tecno-optimista hasta el punto de que probablemente no es viable la electricidad como forma energética importante —salvo usos puntuales y escasos— porque las TREs son cercanas a uno o inferiores en esas condiciones, salvo que todo el mundo use su trabajo físico como fuente del sistema (seremos todos agricultores/ganaderos, mineros y energéticos, sin espacio para los miles de diferentes puestos de trabajo y especialidades de nuestro sistema y por tanto sin la complejidad civilizatoria que generan).
Apostar por esta vía —menos de 4 TW renovables frente a los 12 finales actuales— implica también lidiar con el problema de la población y la desigualdad/migraciones masivas.
La re-ruralización puede abusar, aún más, de la biomasa —de nuevo con sistemas menos eficientes que a escala más grande—, agravando el problema de la biodiversidad y, en consecuencia, generando nuevos problemas o alargando viejos, como el Cambio Climático.
Por tanto, deberíamos huir de los escenarios tecno-optimistas y, si apostamos por los escenarios de permacultura, debemos ser conscientes que nos llevarán no a la época de nuestras abuelas sino probablemente a una época cuasi-preindustrial con conflictos y daños humanos enormes durante la Transición. Este en realidad es el último escenario:
4. Colapso ecologista
El colapso ecologista parte de las ideas de adaptación y fuerte decrecimiento basadas en una Revolución ética y social sin precedentes —que duraría siglos. Es el único escenario realista que permitiría una supervivencia de alguna clase de civilización humana en los siglos venideros y que vengo defendiendo desde hace casi una década (tras pasar mentalmente por los dos últimos escenarios comentados en sendas décadas anteriores). El problema energético ha de unirse al problema de la desigualdad humana y al papel que jugaremos en Gaia.
La electricidad será tan anecdótica como en la época de Faraday y, como entonces, no se echará mucho en falta: los molinos de viento serán construidos con materiales reciclados/reciclables para bombear agua o moler el grano; los paneles y cocinas solares serán sencillos y usados para calentar agua o la casa; las bicis serán a pedales y pediremos permiso para aliarnos con animales de carga; seguiremos cultos a la Madre Naturaleza y a la Equidad Humana, con una ética agobiante de un único hijo mientras lloramos las pérdidas por guerras, hambrunas y catástrofes ambientales durante la transición; buscaremos cultivos ecológicos de alta biodiversidad y permanencia de suelos pero de baja productividad por metro cuadrado en relación a los cultivos actuales.
No sé, quizás seremos algo así como 500-1.000 millones de personas en culturas pre-minoicas con transcriptores de libros en iglesias gaianas. Es el mejor escenario de renovables que puedo imaginar para dentro de uno o dos siglos, el resto me parecen biofísicamente imposibles y por tanto un dispendio de recursos humanos, ecológicos y materiales, en especial los tecno-optimistas.
Este escenario tiene la ventaja de que se sitúa en un tecno-pesimismo de raíz que, al no dar falsas esperanzas al mito del progreso, no provoca depresión, salvo a las personas que no creen en la capacidad humana de adaptación y de vida amorosa/pacífica (algo muy extendido en nuestra cultura neodarvinista).
Este escenario también tiene desventajas varias:
- Es opuesto a la cultura occidental —la que ya triunfa en el 95% de la humanidad— (más allá del capitalismo hay exceso de antropocentrismo, de mito de progreso y de separación de la Naturaleza vista desde el neodarwinismo), con lo que durante décadas estará en minoría y puede que genere enemigos violentos. En todo caso será muy difícil de comunicar y muy fácil de malinterpretar.
- Prioriza a Gaia sobre la Humanidad, lo que puede dar lugar a movimientos anti-humanistas autodestructivos. ¿Quién se arroga el derecho de hablar en nombre de Gaia?
Requiere pues un alto consenso —para evitar el problema de las élites. - Exige una apuesta solidaria de muy largo plazo —siglos— lo que no es seguro que sea una capacidad humana —posiblemente sí, dado que existen culturas que actúan pensando hasta la séptima generación— y desde luego no lo es en nuestra cultura. Todo ello, si nos dejamos arrastrar por la desesperación, puede degenerar en extinción humana, como los otros escenarios. Sin embargo, al generar una alta diversidad local de culturas —como la permacultura— la probabilidad de adaptación y supervivencia sería mayor que en los escenarios de capitalismo verde y tecno-optimista, que corren un riesgo mayor. La apuesta es asimétrica: la prioridad es la supervivencia, ¿no?
Otra posible ventaja es que la complejidad se construiría de nuevo lentamente en términos históricos dado que los materiales dispersados por nuestra civilización (fósiles, uranio, minerales no energéticos) impedirán un crecimiento explosivo. La complejidad aumentará al ritmo de la capacidad de reciclado —exactamente como funciona Gaia. Así que la perspectiva es muy prometedora, dada la enorme belleza y complejidad de Gaia.
Todo se realimenta.

Como echo ya de menos el escenario de la permacultura con decrecimiento. Creo que lo viviremos durante un breve espacio de tiempo, un par de décadas a lo sumo. De hecho ya hay gente que de alguna manera ya lo está viviendo y cuando consigues desprenderte de toda la carga occidental me consta que es una existencia maravillosa. Me han encantado tus «diapositivas descritas», lo he visto así, con imágenes formadas inclusive pero me falta una, casi siempre falta, el problema nuclear y como nos hará huir, en no menos de 30/40 años de muchos lugares absolutamente maravillosos u optar por permanecer como las ancianas de Prypiat en una existencia dolorosa y sin descendencia. En efecto el culto y respeto a Gaia ha de despertar un amor incondicional que sobrepase nuestro propio ego y trascienda varias generaciones. Un texto muy necesario, muchas gracias tocayo.
Yo hace tiempo comprendí que el escenario 4 es hacia el que va a ir derivando la Humanidad. En mi familia nos pusimos manos a la obra y estamos preparandonos para ello. Buscamos un refugio en el campo.
Una vez se ha hecho el trabajo intelectual hay que pasar a la acción. Se van aprendiendo muchas cosas nuevas una vez que uno se pone a realizar trabajos físicos diversos. Obtienes gran satisfacción con el aprender y ver como el esfuerzo da sus frutos. Y comprobar como se puede ser mucho más autónomos en producción de alimentos, calefacción, suministro de agua, etc
De hecho, quizás por que después de todo nuestro instinto de supervivencia es más listo de lo que creíamos, esa dignidad que tú ves «está corriendo como la pólvora», quizás no necesitemos después de todo milenios.
En mi opinión, creo que veremos los 4 escenarios suceder en paralelo (ya está sucediendo), dependiendo de diferentes países, y dentro de estos, en regiones, incluso concejos.
Este concepto de la progresión por los diversos escenarios y cómo optar por uno o por otro nos cierra o abre el camino hacia los demás creo que es algo muy interesante y que ayudaría a la comprensión y a evitar los equívocos como el de Marga. ¿Quizás un pequeño diagrama de estados, con flechas que indicasen las condiciones de paso de uno a otro?
Quizás vayamos pasando, además de simultaneando por fases. Es obvio que la mayoría de la población humana ni se plantea o duda el primero de los escenarios. Esta es una razón más que de hecho nos conduce al colapso de civilización -no se va a los botes salvavidas, ni siquiera se deja de bailar si ni siquiera has percibido que hemos chocado con el iceberg-. Llevamos, al menos desde «Los límites al crecimiento» de 1972, perdiendo el tiempo, en el escenario cero -«todo va bien y va a ir mejor -desde el punto de vista material-«.
Creo que corremos el riesgo de convertir esto en una lucha de «mi utopía» contra «tu utopía» en la que nos enzarzamos para ver quién tiene la razón y quién es menos ingenuo, con la consiguiente pérdida de recursos «mentales» de toda guerra y la consiguiente inutilidad.
Yo creo que no puedes decir, Carlos, que «Es el único escenario realista que permitiría una supervivencia de alguna clase de civilización humana en los siglos venideros» por mucho que lo hayas pensado tú o yo o cualquiera. Deberiamos ser lo suficientemente humildes para saber que no tenemos ni p… idea de hasta qué punto las diversas utupías son viables. Lo sabrán los nietos de nuestros nietos, nosotros nos moriremos sin saberlo.
Aún así cada uno trabajará por su utopia favorita (porque le gusta más, probablemente, y eso inconscientemente le hace ponderarla más benignamente, no porque sepa realmente que es mejor).
No es nada positivo andar hundiendo las utopías ajenas diciendo que son naif y «solo la mia es la buena». Hacemos más daño que bien hundiendo las utopías ajenas… ¿y si nos equivocamos y en el fondo sí eran posibles pero resulta que, por no intentarlo, o por la desmoralización total que causa en la humanidad el hecho de no tener utopías, terminamos con un desastre continuado y sin ser capaces de dar a luz a una nueva civilización?
Hundir utopías tiene el inconveniente de que hace que la actitud general sea la de «no hay salida, así que voy a hundir la cabeza debajo del ala».
Decir que vamos a ser 500 millones de personas es demoledor, y conduce automaticamente a que la gente, ahora mismo que somos más de 7.000 millones, se deprima completamente y le entren ganas de pegarse un tiro y poco más. Eso no conduce a ninguna utopía de ningún tipo, ni siquiera a la última.
Incluso las utopías tecno optimistas más disparatadas son mejor que eso. Aunque sean completamente irrealizables, causan un efecto psicológico mejor. Incluso aunque fueran un dispendio de recursos humanos y materiales, cualquier utopía es mejor que no hacer nada, es mejor que la depresión. Y estamos todos/as bastante deprimidos ultimamente, es lo primero que deberiamos arreglar, sin salud mental no hay nada.
Los razonamientos que expones son ciertos, son inconvenientes de cada escenario, pero el que tengan inconvenientes no significa que sean imposibles. Un lazo de realimentación no es todo el sistema, una dificultad no invalida todo el escenario. También el capitalismo tiene sus contradicciones que le llevan a la crisis, pero ahí sigue amañando las cosas para funcionar, también basar las ciudades compactas mediterráneas en el automovil privado es imposible porque no hay espacio, pero ahi siguen ambos con sus contradicciones y sus apaños….
El escalamiento que requiere la permacultura hace que la TRE baje, pero quizá se encuentren optimos locales interesantes de tecnologías válidas. Si pensamos que no existen y no los buscamos, ¡no los encontraremos nunca!
Imaginate que lo que pase dentro de dos siglos dependa de lo que la humanidad cree que puede hacer ahora: si tienen mentalidad tecnoptimista ahora puede llegar a un escenario permacultural con alguna tecnología renovable válida; si tienen una mentalidad de «colapso gaiano» llega a un colapso continuado y no es capaz de alumbrar algo que merezca el nombre de civilización hasta 5 o 6 siglos más tarde o nunca.
¿Qué escenario es más realista? probablemente el futuro estaba más cerca del escenario gaiano que del tecnoptimista al que finalmente se llega pero ¡¡qué más da!! si se hubiera pensado que la realidad era el gaiano el resultado habria sido el colapso permanente.¿existe la realidad o simplemente depende de lo que pensemos de ella como dice la cuántica?
La utopía para lo que tiene que servir es para caminar, si además no es muy loca mejor, pero si no sirve para caminar sino para deprimirse entonces no sirve para nada, no es una utopía sino una forma de afirmar la propia «verdad».
El final de la historia no lo vamos a ver. No vamos a saber quién tiene razón así que es inútil argumentar. A nosotros no nos corresponde juzgar o adivinar qué va a pasar, sino avanzar hacia un futuro un poco mejor y dejar una herencia lo mejor posible a nuestros descendientes. Es una opción moral, no científica.
Yo, si entrar a analizar la evaluación concreta que realiza Carlos, creo que tu crítica no está justificada, Marga.
En primer lugar no me parece correcto calificar una comparación de pros/contras, de más viable/menos viable como una «guerra». Siempre hablamos de la necesidad de desprendernos del lenguaje belicista y arrogante masculino de «machos alfa» y creo que en esta ocasión no hay ningún aspecto del texto de Carlos que merezca pensar la cosa en términos «bélicos».
En segundo lugar «hundir» otras utopías, como dices tú, sí que me parece útil puesto que nos ayuda a no perder energías (tú misma comienzas con ese argumento) que sabes son escasas y críticas en estos momentos. Simplemente por el hecho de evitar que se sigan caminos sin salida, o simplemente menos eficientes en términos de uso del capital social, humano y natural, merece la pena confrontar unas y otras (e insisto: es una crítica a nivel teórico de tu argumento, no una defensa de la evaluación de Carlos, que se puede o no compartir).
Este modo de pensar es el que, sin ir más lejos, me ha llevado a escribir «La izquierda ante el colapso de la civilización industrial», porque no podemos permanecer callados viendo como «las otras utopías» nos alejan del camino que pensamos es el único viable (o caminos, ojo, que no tenemos soluciones mágica ni únicas… pero sí que sabemos «los caminos que nos llevan al infierno», como diría Riechmann).
«Decir que vamos a ser 500 millones de personas es demoledor, y conduce automaticamente a que la gente, ahora mismo que somos más de 7.000 millones, se deprima completamente y le entren ganas de pegarse un tiro y poco más. Eso no conduce a ninguna utopía de ningún tipo, ni siquiera a la última.»
Yo no tengo argumentos como para aseverar algo así. Demos la vuelta a tu argumento: ¿Decirle a la gente que vamos a ser en el futuro 100 mil millones llevaría a una juerga planetaria y a la completa felicidad? No, ¿Verdad? ¿Por qué ser tan pocos en el futuro debe conducir a la depresión y -nada menos- que al deseo de suicidio? Todo dependerá de cómo se produzca esa reducción, digo yo. Y todos los que hablamos de la necesidad de reducción (en mi caso, especialmente en «Nosotros, los detritívoros») ponemos sobre la mesa, inmediatamente, las diferentes vías de hacerlo, desde las más humanas a las menos.
Lo cierto es que me suena al típico «No podemos decirle esto a la gente», contra el que he argumentado en La izquierda ante el colapso…, y me extraña que tú también caigas en ese temor. La gente es consciente de amenazas mayores y más inhumanas, como la guerra atómica a gran escala, desde al menos hace medio siglos, y no creo que eso haya inducido un gran incremento en el número de suicidios, aunque no niego que haya generado una ansiedad de fondo bastante notable. Sólo que en este caso hablamos de un plazo más largo y de la posibilidad de buscar medios en nuestra mano para actuar (reducir el consumo para que pueda vivir más gente durante más tiempo), cosa que con la amenaza de hecatombe nuclear siempre ha sido mucho más difícil y nos deja más desarmados.
Creo que las perspectivas de tragedia humana a escala planetaria, o de extinción total, hay que exponerlas sin tapujos. Luego podemos hablar de cómo convertirlas en algo motivador, e incluso espoleador de una revolución, pero no demos por sentado que conduce forzosamente a la «depresión» y el «suicidio», porque estamos menospreciando la capacidad de afrontar la gente los traumas (¿por qué piensas que no podría la gente progresar por las diferentes etapas de Kübler-Ross? sería interesante que lo explicasen…).
…Y luego seremos nosotros los pesimistas!
Mi experiencia personal sí indica que decir que como mucho vamos a ser 500 millones produce una depresión total en la mayor parte de la gente, y más si no se indica en cuánto tiempo y cómo se va a producir ese descenso (¿por qué no indicas estas cosas cuando hablas de ello, Carlos?).
A mi sí me parece que Carlos está siendo taxativo a la hora de decir que los otros futuros son imposibles, por eso hablo de «guerra». Tiene algumentos, ve inconvenientes, datos, pero no pruebas concluyentes de que eso vaya a ser así, por eso decir que es imposible es pecar de arrogancia.
Podemos argumentar que otros caminos tienen piedras, avisar de que no va a ser fácil, pero no creernos que nuestro camino es «el bueno» y «el único» (porque también tiene piedras, entre otras cosas).
No es cuestión de «lo que no podemos decir a la gente a pesar de que sabemos que es la verdad» porque les vayamos a deprimir, sino de reconocer que no sabemos, no tenemos un 100% de seguridad ni podemos decir «por ahí no vayas» en muchas, muchas cosas.
Hay cosas que son disparatadas en los escenarios tecnoptimistas, pero hay muchos grises y muchos matices que no podemos descartar.
Creo que lo más importante y lo que más nos cuesta es no perder el equilibrio. Y cuando nos ponemos a hacer predicciones de futuro perdemos el equilibrio a menudo y nos tiramos por el camino que más nos gusta sin ver que hay otros.
No puedes deducir que porque apuntemos que un camino es el más probable sea el que nos guste. De hecho a mí me gusta mucho el escenario tecnoutópico, pero sé que es ciencia-ficción, y por eso busco cuál de los factibles es el menos malo. Quizás lo que haga en mis caso sea algo así como optimizar el producto de factibilidad y deseabilidad, por expresarlo en términos matemáticos.
A mí no me deprime la utopía de Carlos, la verdad. Y creo que a él tampoco
Más me deprime la posibilidad de que nos perdamos buscando otras utopías que resulten al final imposibles y empeoren las cosas, o simplemente, que dejemos todo al caos y a la insolidaridad.
¿Por qué no plantearse por qué a unas personas nos deprime ese planteamiento y a otras no? ¿Por qué no buscar la manera de modular la perspectiva, o la manera de comunicarla? ¿Por qué no profundizar en la ética que puede llevar a considerar esto como una ocasión revolucionaria en la historia humana y no como un motivo de suicidio? Quizás las amigas y amigos antropólogos, sociólogas culturales, filósofos, etc. nos puedan ayudar a indagar en esto. Creo que sería más útil que no renunciar a defender la primacía teórica y ética de una utopía que consideramos válida científicamente.
Creo que de nuevo, como con su polémico artículo de abril del 2015, Carlos ha vuelto a pulsar sin duda una tecla delicada, incluso para los que andamos en el mismo empeño y compartimos muy semejantes valores.
Yo no veo tan claro que los que defienden las utopias 2 y 3 las estén hundiendo. Cuando hablamos de perder energía y capital en renovables nos olvidamos de toda la cantidad de bobadas en las que gasta esta sociedad la energía y el capital. El que se inviertan ingentes cantidades de dinero en renovables en lugar de invertirlas en el proyecto Galileo o en publicidad o en exposiciones universales. El hecho de que se avance de una sociedad desquiciada y derrochadora en bobadas a una sociedad derrochadora en renovables es mejor que el que esa gente que solo piensa en bobadas desprecie todo el «colapsismo» porque solo lo ve como una opción de colgados cavernicolas. Lo importante no es el final sino el camino.
Sí, estamos de acuerdo pues en que existe el miedo y va a existir y lo mejor es que sea útil. Como va a existir es mejor racionalizarlo y hacer entender a las personas de dónde viene su miedo, dialogando las cosas lo más claras posibles. La gente tendrá más miedo si le ocultas las cosas porque además será más desconfiado.
Me parece una perspectiva sumamente útil para responder a la respuesta apocalíptico-depresiva del tipo que menciona Marga. Yo siempre recurre a Tainter para decir que no tiene que ser una tragedia un colapso, a Trainer para ver el lado bueno del colapso (o de oportunidad, si quieres), donde tenemos a muchos más a quienes acudir, claro, con la perspectiva del Decrecimiento Feliz (aunque sea arriesgado ahí por caer en cierto autoengaño, y convenga matizar diciendo que va a ser duro, sin duda; ¿quizás fuese mejor un «Decrecimiento hacia la felicidad» para dar a entender que el proceso de decrecer no va a ser tan agradable????). En todo caso esa perspectiva antropológico-filosófica que apuntas me parece muy interesante e intentaré usarla en mis charlas y escritos, Carlos. Gracias, de nuevo.
¿Profecía apocalíptica autocumplida? :-m
Muy interesante apreciación, también, Carlos. De hecho yo tengo algo así como un lema personal, que a veces sale en mis firmas aleatorias al pie del email, que dice así: «Preparándome para lo peor, mientras ayudo a construir lo mejor» (o sea, preparándome para el 4, mientras ayudo a hacer posible el 3). Pienso que esa es la perspectiva que nos puede unir.
¡Ajá!
Paréntesis para los lectores de 15-15-15: Marga es amiga y compañera de investigación. Ya se sabe: «la confianza da asco» dice el refrán.
Hitler también era un utópico, recuerdo. Por tanto, la ciencia y el juicio moral (con bases lógicas y científicas dadas las incertidumbres) son ambos imprescindibles por encima de la «libertad de elegir utopía». No, aquí ya no vale todo, estamos todos en el Titanic.
Ese ese un dato fundamental (una de las cosas que nos ayuda a revelar la metodología de los escenarios, con sus «What if…») que creo que Marga ha perdido de vista a la hora de hacer sus comentarios. No es lo mismo apostar por el escenario 1 y que luego resulte que fallaba el supuesto A, que apostar por el 2 y que el supuesto A fuese cierto, etc. etc. De ahí puede salir una matriz interesante. Yo también intentaba hacer algo así en mi libro, aplicándolo a la respuesta política y centrándome en el problema del Peak Oil.
Bueno, Carlos, tienes razón que cuando hay confianza da asco y ya hemos discutido muchas veces estos temas y en esta ocasión he estado un poco vehemente, pero, desde luego no había afán de ofender, y menos personalmente en mis palabras.
Pero este es un tema que nos toca a todos como divulgadores y que tiene repercusiones importantes en el ánimo de la gente que nos escucha.
Sabemos todos que hay opciones que pueden ser disparatadas y contraproducentes, pero cuando hablamos de que la única opción realista es el escenario 4 estamos hablando de algo bastante fuerte.
Eso implica la derrota de la «civilización tecnológica», la vuelta a tecnologías muy rudimentarias y a una vida que requiere cosas que no conocemos ninguno de los que escribimos aquí y que la gente que las ha conocido no habla de ellas precisamente como cosas buenas: la siega con hoces de sol a sol, lavar en el río en pleno invierno, el trabajo en las minas a pico y pala, etc.
Yo creo que es mucho más importante de lo que Manuel y tú decís el que intentemos, al menos intentemos, conservar tecnologías que permitan un nivel de desarrollo un poco mayor. Si no lo conseguimos mala suerte, pero al menos que eso sea una utopía, por lo menos la 3 permacultural.
El día que alguien experimente con eso a gran escala podremos empezar a hacer numeros un poco realistas sobre las posibilidades de las «low-tech». Ahora mismo no podemos juzgar, porque hay que juzgar sobre experimentos reales.
Nadia habla de renunciar a la tecnología, creo yo, Marga. Hay diferentes grados de tecnología y creo que todos queremos conservar el máximo que se pueda, dentro de lo necesario (concepto fundamental) y lo factible (factor limitante). Ahí es casi imposible predecir hasta dónde vamos a llegar, aunque también es cierto que determinados niveles de complejidad hay que descartarlos.
¿Por qué sólo podemos entender la civilización tecnológica como civilización hipertecnológica? ¿Por qué calificar a una civilización como tecnológica si todas lo han sido (la tecnología es un factor que siempre nos ha acompañado como especie, y no somos la única, como Carlos siempre nos recuerda)?
En cuanto a que la vida con bajos niveles tecnológicos es algo que se suele recordar con apreciaciones negativas, diría dos cosas: no es un absoluto, pues hay muchas apreciaciones que lo recuerdan como algo bueno, vivible, y superior a nuestra forma de vida en muchos aspectos (no los materiales, sino los imortantes). Y, por otro lado, eso ¿no es consecuencia de que hemos reescrito nuestra memoria histórica desde una perspectiva materialista-individualista, impuesta desde fuera, por la cultura capitalista industrial? No tenemos más que acudir a la literatura, memorias, etc. de las épocas anteriores para ver que mentres aún no (plenamente) industriales ni capitalistas hablaban de goces y felicidades que nosotros apenas hemos conocido. Y lo digo sin intención de idealizar aquella época, pero me temo que por su empeño de alejarnos de la autosuficiencia y la cultura del apoyo mutuo, el capitalismo nos ha convencido de que aquello era mucho peor de lo que realmente era. Yo es algo que lo tengo muy presente, pues mis propios padres fueron criados en un contexto muy próximo a aquello, aunque empeorado innecesariamente por el contexto de la dictadura franquista.
Manu, creo que hay que tener cuidado con el umbral que ponemos. En mi caso mi disparidad con Carlos está entre el escenaro 3 y el 4. Claro que la tecnología siempre nos ha acompañado y claro que hay cosas que podemos ya dar por imposibles, pero otras muchas no.
Carlos descarta cosas como la electricidad, asume que los cultivos producirán menos que los actuales…¿por qué? Algunos permacultores dicen que producen con herramientas manuales y rendimientos iguales o superiores a los de la agricultura química ¿vamos a poner nosotros el horizonte en la mitad? Es que se corre el riesgo de que para ese viaje no se necesiten alforjas, simplemente nos dejamos llevar por el colapso y ya pasaremos hambre (o pasarán).
Y respecto a los cereales….yo no tengo tan claro que sean una imposición. Los frutos de los árboles también cuesta recogerlos, la recolección del olivar es de aúpa, por ejemplo.
Yo defiendo que este tipo de cosas no podemos darlas por imprescindibles en un contexto postindustrial, y que por otro lado, tenían su lado bueno, que muchas veces compensaba (no en el caso de las minas, claro), como es la labor en común. P.ej. ¿por qué tenemos que cultivar cereales y no alimentarnos de la recolección de frutos arbóreos? La cultura cerealista fue una imposición económico-cultural-política de un determinado imperio, pero no es imprescindible. Podemos cambiar esa siega a pleno sol por la recogida de bellotas, que en apenas una semana (y a la sombra) aporta alimento para todo el año.
Lo mismo con lo de lavar la ropa en el río. Doy por sentado que existe la suficiente tecnología apropiada para realizarlo de otras maneras y templando el agua (canalizaciones, aprovechamiento solar térmico, etc.).
O sea, que ni tantas cosas «malas» ni tan «malas» muchas de esas cosas
Como ingeniera reconocerás que hay cosas que hay cosas que se pueden dar por imposibles sin llegar a intentarlas, o que hay cosas que no está en nuestra mano intentar. P.ej.: ¿cómo «intentar» construir un smarphone con materiales exclusivamente locales? Puedes intentarlo con un alternador, para construir un motor sencillo. Pero cierto nivel de complejidad y sofisticación, bien sea por los materiales (tierras raras, etc.) o por los procesos de fabricación requeridos (Pedro Prieto nos lo ha explicado repetidamente en el caso de las placas de silicio de los paneles fotovoltaicos), son directamente descartables para una sociedad postindustrial y postpetróleo… ¿No estás de acuerdo? Quizás tu pones el punto de corta más alto y nosotros más bajo y ahí está un cierto grado de incertidumbre, y ciertas cosas que tú intentarías si estuviera en tu mano y que yo no, supongo. Y me jode, no puedo decir que es lo que me gustaría. P.ej. mi formación me ha preparado para emplear ordenadores, pero no creo que sea una tecnología nada fácil de conservar. Podemos reciclar hasta cierto punto el material actualmente existente, pero nos encontramos con un gravísimo problema: no está diseñado para durar. Por tanto dentro de unas décadas creo que ni tendremos quien pueda fabricar ordenadores ni que pueda repararlos. Y así, al final, esa tecnología será desechada porque costará demasiado mantenerla para el servicio que dé. Eso no quiere decir que no sea posible salvar algo, quizás en algún lugar, y siempre y cuando haya sido diseñador para durar. Ahí quizás haya un cierto margen de aplicación de políticas para «salvar la tecnología», pero ya vemos que no van por ahí los tiros, ni podrán ir mientras mande el lucro a corto plazo y los que vengan detrás «que arreen»…
Hola Carlos, Marga, Manu,…
Carlos, me parece un muy buen artículo con el que comparto buena parte del diagnóstico. Creo que explicas y argumentas muy bien posibles escenarios.
No he leído con detenimiento todos los comentarios por falta de tiempo, espero haber captado lo esencial. He notado cierta tensión y ganas por querer mostrar quien tiene la razón, creo que todos la tenéis, por suerte no existe una razón absoluta.
Todos sabemos, o eso espero, que los escenarios no son predicciones, nos pueden servir de guía, pero navegar entre sistémas de tremenda complejidad implica navegar en terrenos de gran incertidumbre. Me da la sensación de que muchas personas se agarran a los escenarios creyendo o queriendo creer que el futuro va ser así a pie juntillas. Ahí es donde creo que todas las personas que de una u otra manera trabajamos divulgando debemos ser cuidadosos, matizar bien el uso escenarios porque sino pienso que su uso puede ser limitante como estratégia de movilización, hay miles de escenarios que se entremezclan, muchos de ellos estan ya ocurriendo. Creo que debemos trabajar con una buena base teórica y del contexto actual, y a la vez abiertos a lo inesperado y con un enfoque de posibilidad, evitando super pesimistas y dogmáticos (ahí es donde creo se enfocaba Marga y concuerdo con ella).
Gracias por vuestro trabajo,
Juan
Buenas noches. Si se me permite opinar, expreso en primer lugar que comulgo con la forma de razonar de Carlos y de Manuel. Pienso que el problema esta en la actitud con la cual cada ser humano enfrenta la realidad. Lo que a unos puede generarle pesimismo, a otros les despierta compromiso, y asi. Creo no equivocarme si expreso que nuestra cultura en general (sin hilar fino), esta montada y nutrida en base a la mentira y al autoengaño en casi todos los sentidos. Por lo tanto carecemos de la capacidad de mirar y aceptar las cosas de frente, tal cual son, sin edulcorantes, mas aun, cuando estas son dolorosas.
Y justamente, cómo será de hondo el calado que ha hecho en nuestro inconsciente ese mandato de que es bueno mentirnos, que aun a los bien informados les cuesta mucho escuchar lo que dice uno de los “Casandra del Colapso”, como asi veo que han definido a Carlos. Lo cual queda en parte expresado en el comentario de Manuel cuando dice: “Creo que de nuevo, como con su polémico artículo de abril del 2015, Carlos ha vuelto a pulsar sin duda una tecla delicada, incluso para los que andamos en el mismo empeño y compartimos muy semejantes valores.” Si por lo que veo esto es “costumbre” en Carlos, cuanto mas nos complique lo que diga, mayor la necesidad de escucharlo con humildad y apertura, para que él, y otros Casandra del Colapso, se animen a seguir avanzando a la hora de comunicar todo lo que investigan, sin miedo, por asi expresarlo, a ser rechazados, criticados, incomprendidos, etc. Realmente es tremendo factor de colapso, como él mismo señala al hablar de “ese pesimismo existencial que prefiere esconder la cabeza y se bloquea por miedo”, el cual lleva a que tenga que seguir haciendo este tipo de comentarios entre sus colegas y conocidos: “Te recuerdo que a la pérdida de biodiversidad…………………¡Por Tutatis, es que no lo véis! ¿Y todo eso se quiere resolver con molinos o molinillos eólicos? Si es que daría risa si no fuera porque el tema es muy serio.”
Si el peak del oil sucedió en el año 2006, el peak de un recurso quizás mucho mas importante que el petróleo, sucedió en la década del 60, si no antes. Me refiero al tiempo. Carlos no esta hundiendo utopías ajenas. Esta hundiendo caminos que la ciencia señala como inviables, justamente para no perder un tiempo que ya no tenemos. Si la gente sigue caminos que son callejones sin salida, o “utopías biofísicas imposibles”, al toparse sorpresivamente con el final del camino, la depresión será mucho peor y mas masiva, que si la gente se va preparando lo mas gradualmente posible, para lo peor mientras va caminando conscientemente hacia lo peor. No tenemos tiempo para atender utopías de ningún tipo, cuando lo prioritario es atender una emergencia.
Por las dudas aclaro que en lo personal, tengo mi visión puesta en el futuro inmediato, no en lo que sucederá en el 2.500. Claro que es importante elucubrar sobre ello, pero nosotros y nuestros hijos, estamos y estaremos vivos en pleno desarrollo del colapso. La gran mayoría de humanos que están vivos hoy, exceptuando a los mayores, estaremos involucradisimos en el ojo del huracán. Entiendo entonces, que lo mas honesto que se puede hacer es advertir de ello sin el mas minimo disimulo, para dar la oportunidad a los que sí puedan reaccionar maduramente, a tomar medidas, que mas no sea, psicológicas y espirituales.
Si partimos de esta base expresada por Carlos: “El Titanic ya ha chocado, el ingeniero ya ha visto las cámaras inundadas y está seguro, todo lo seguro que puede estar, de que el Titanic se va a hundir”, no puedo comprender cual es la utilidad de seguir camuflando el asunto. Tomando esta alegoría, lo que quizás seria sano hacer, contrariamente a lo que se hizo en aquel entonces sin ningún resultado positivo, es expresar lo mas claramente posible la situación: “se acabo la fiesta. Apaguen la música. Nos estamos hundiendo, y lo único que no va a ayudar en nada es entrar en pánico o deprimirse. Manos a la obra”. Para seguir vendiendo medias verdades y confusión que no asuste a la gente, alcanza y sobra con el denodado trabajo de los medios de comunicación masivos.
Para enfrentar esta situación con la gravedad y magnitud que tiene, necesitamos seres humanos maduros, necesitamos, como expresa Manuel, confiar en la capacidad de la gente para afrontar los traumas. Si nos empeñamos, aunque sea con la mejor intención del mundo, en ocultar la gravedad del trauma, jamas podrán prepararse. Y como dice Max Neef: “Vds no tienen que hacer lo que les conviene o lo que les parece; Vds tienen que hacer lo que tienen que hacer”. ¿Cómo la gente va a tener idea de lo que tiene que hacer, si maneja la mitad de la mitad del diagnostico? Al final ese asunto que parece tan considerado, de “evitar el pánico” es lo que posibilita que se nos siga cocinando lentamente como en el cuento de la rana.
Y aquí surge otro factor de colapso, si se me permite, que esta relacionado con la expresión que tomo de Juan cuando dice: “estrategias de movilización”. No hay consenso en ello. Unos dicen que es necesario ser mas cuidadosos y otros mas frontales. Y discutiendo sobre esa divergencia seguimos perdiendo tiempo.
Todos los pronósticos siguen siendo “cada vez peores a lo imaginado” y cada vez mas cercanos. A lo cual hay que sumarle, supongo, que no tenemos la menor idea de cuanto esto puede crecer a raíz de la retroalimentación. “Lo que nos está pasando es que la probabilidad de arrasar con todo está creciendo conforme vamos haciendo cálculos.” Como dice Ferran Puig Vilar: estamos en una situación de emergencia planetaria. ¿Con que sentido seguir edulcorando, camuflando, poniendo paños frios y abriendo esperanzas felices, en torno a una realidad que es nefasta e irreversible?
Marga expresa la bella siguiente intención : “A nosotros no nos corresponde juzgar o adivinar qué va a pasar, sino avanzar hacia un futuro un poco mejor y dejar una herencia lo mejor posible a nuestros descendientes. Es una opción moral, no científica.” Según mi modo de ver, la opción moral mas elevada es decir claramente la verdad. Y la ciencia expresa, supongo que sin pretender juzgar ni adivinar, que como dijo Carlos Taibo alguna vez: “no se trata de que otro mundo mejor es posible, sino de que otro mundo peor es probable”. Asumir y comunicar tal cual es, esa realidad que se nos viene encima es un acto de ética, integridad y amor. Aceptar que hicimos todo mal, y que muy lamentablemente, el mundo que vamos a dejar a nuestros descendientes es un absoluto desastre, en el mejor de los casos. Asumir, que no vamos a poder evitar la extinción…
Cuando Carlos habla de que la población se reducirá hasta 500 millones o hasta 3.500 millones, queda evidenciado que mas de la mitad de la humanidad se va a morir. Por lo tanto, hablando de moral y de simple coherencia, de vuelta me parece sumamente honesto, que la gente se entere de lo que sucederá a la brevedad, entre ellos nuestros hijos, para que puedan decidir si tiene o no sentido alguno traer hijos a un mundo que estará en absoluto caos. Y agradezco grandemente que se piense también en los “por nacer”.
Claro que hay infinidad de incertidumbres. Pero no tienen punto de comparación con el tamaño de las certidumbres que ya planean sobre nuestras cabezas. Por lo cual creo que deberíamos prestar mayor atención a las segundas que a las primeras.
Perdon por lo largo y desordenado de esto que he escrito… Y gracias por la oportunidad de expresión, entre tantas otras cosas para agradecer…
Nota: Trantor es un planeta de la serie Fundación de Asimov. Todo el es metálico, artificial y en él viven muchas decenas de miles de millones de humanos, en su día fue la capital de la Galaxia. Por supuesto, el antropocentrismo de la ciencia-ficción implica la necesidad de viajar a velocidades hiper-lumínicas, el deseo siempre por encima de la física
Gracias a ti… Dada la situación limite en la cual nos encontramos, todo debate se puede transformar en algo “delicado”…
Según mi modo de ver, es crucial lo que decis en relación a que se podria producir una reducción voluntaria y pacifica de la población, si las personas decidiesen tener uno o ningún hijo. Pero para que el común denominador logre comprender la importancia y urgencia de esta transformación, en parte tendría que asumir como un hecho irrebatible, lo que tu expresas, es decir, que en cualquier escenario “la gente se va a ir muriendo de hambre, enfermedades o asesinada, tal como ya esta ocurriendo”. O sea, la gente tiene que saber toda la verdad para poder reaccionar en tiempo y forma (en el mejor de los casos),cosa la cual, esta fuera de la realidad, pues como puede verse no esta ocurriendo.
En cuanto a las utopías, nunca logre encontrar en ellas ninguna gracia. Me parecen una forma mas de huir de la realidad. Al respecto soy medio Krishnamurtiana, en el sentido de que, si aquí y ahora, nosotros no hacemos la revolución que tenemos que hacer, no la haremos nunca. Hay quienes sugieren que lo adecuado no es elaborar un plan de natalidad responsable, sino, seguir dando a luz como hasta ahora y avocarnos a cambiar el mundo. Pienso que deberíamos hacer exactamente al revés. Primero demostrémonos a nosotros mismos que somos capaces de llevar adelante la revolución (la que se defina como viable). Recien después de haber resuelto medianamente las cosas, decidir conscientemente invitar nuevas almas a este mundo. Hasta la fecha, el sistema dentro del cual estamos contenidos, sigue apretando el acelerador hacia el abismo, en la medida en que se sigue manteniendo el mismo modelo (aunque se lo pinte de escenario 1, 2, etc). Por lo tanto, lo lógico, coherente y compasivo es suspender mayoritariamente la fabrica de hijos.
El tema de las prioridades sí me parece relevante. Y especialmente seria grandioso, por no decir elemental, que tuviésemos como principal prioridad la disminución del sufrimiento de la humanidad y el cuidado de Gaia. Sin embargo, a juzgar por los hechos…, estos dos “tópicos” han dejado de ser prioridades para convertirse, justamente, en utopías…
No lei la Serie de Asimov. ¿Por casualidad se explica en ella que esos “paraísos contranatura” al estilo Trantor, Asgardia o Elisyum, serán usufructuados exclusivamente por las elites? Estaria bueno que todos los amantes de la tecnología tuviesen presente ese detalle…
Agradecida.
Soy consciente de lo fácil que es interpretar mal mis textos y comentarios. Es quizás el único miedo que tengo y que además señalo. Y a pesar de que digo que se pueden interpretar mal y que no se haga, parece inevitable.
Nuba, los escenarios no tratan de gustar a nadie ni tratan de predecir el futuro. De hecho, son caricaturas extremas de tendencias o de «apuestas».
El ejercicio de mi texto y comentarios es dar argumentos de porqué los escenarios 1 y 2 no son posibles en el mundo real y porqué el escenario 3 debe revisarse a la baja en el sentido tecnológico -que no en otros-. Y también defiendo con argumentos que un escenario próximo al 4 es más realista que los demás.
El escenario 4 es consciente de que cualquier escenario que finalmente acontezca tendrá puntos de dramatismo, que el camino puede que sea de rosas pero con espinas. Eso no significa que una vez que te sitúas en él, no trates de que sea más un camino de pétalos en vez de espinas. Desgraciadamente opino -creo saber- que hay tantas personas que se van a resistir, siquiera a visualizarlo, que efectivamente, la cosa será quizás peor que la que dibuja, por culpa de esa «barrera/ceguera». Lo que trata de evitar el escenario 4, no es solo el drama durante el colapso, sino la extinción humana. Repito, repito, repito.
En ningún momento, de hecho he dicho justo lo contrario, he defendido un descenso de la población al estilo que tú parodias. Es más, en más de una ocasión he dicho que justamente hay que evitar que las élites nos conduzcan por sus métodos al inevitable descenso de la población (ecofascismo, que es lo que tu ves en el escenario 4 y que justo es lo contrario que yo defiendo, el ecofascismo es el escenario 0 transformado en colapso y dominado por las élites, creo también que nos lleva, incluso a las élites, a las cavernas o extinción humana y a ser muchísima menos gente que las que podría sostenernos este planeta).
Al igual que ambos sabemos que tú y yo nos vamos a morir, el que yo lo afirme y cuente con eso, no significa, ni de lejos, que yo quiera que tú y yo nos muramos pronto o dramáticamente. El hecho de que los datos apunten a que 10000 millones no caben de forma sostenible en esta biosfera y que todo indica que habrá una reducción de la población y que seremos muy probablemente menos que ahora en 2100, se fundamentea en datos, no en deseos en uno u otro sentido. Me encantaría que la biosfera pudiera alojar a tantos humanos a largo plazo. Pero no puede. Como me encantaría vivir 300 años. Pero no puede ser, mi biología está diseñada para otra cosa.
De hecho, cuando hablo de reducción de la población por parte humana -guerras, estirilizaciones masivas…- o por parte de la biosfera -hambrunas, enfermedades, catástrofes…-, defiendo repetidamente que sería muchísimo mejor que no ocurriera ni una ni otra cosa. Defiendo que los escenarios 1 y seguramente 2 nos llevan a eso y que el escenario 3 podría inconscientemente también. Y son precisamente, el escenario 4, o el 3 tomando consciencia de que los límites estaban más bajos que los que pensábamos hace un tiempo, aquellos escenarios que podrían evitar aquellos escenarios dramáticos de descenso de población humana.
Y el ejemplo que ponía, es que bastaba que VOLUNTARIAMENTE, en los países ricos, eligiésemos cuanto antes tener cada uno de nosotros uno o ningún hijo y que en los países empobrecidos tuviésen uno o dos (consciente de la diferencia en el daño a la biosfera). Consciente de que además es condición necesaria pero no suficiente para entrar en una senda de sostenibilidad con dignidad humana (no vale con ser 1000 millones al estilo EEUU).
¿Te asusta que te recuerden que dentro de 100 años vas a estar muerta? ¿Por qué asusta tanto decir que dentro de 100 años vamos a ser menos humanos y que existen caminos difíciles -como la muerte es un acontecimiento difícil- pero no dramáticos para conseguirlo (y por supuesto incluyo como verdadero drama el que se estirilice involuntariamente a las personas).
Uno puede empeñarse en utopías, y pensar que la tecnología va a alargarle la vida y que va a ser inmortal o poder disfrutar de 300 años. Pero los datos que hoy tenemos no apuntan a esto. Si quieres volcar tu vida en ese escenario, adelante. Yo lo que digo es que las utopías no cumplidas frustran muchísimo más que el miedo a que a uno le digan que se va a morir antes de 100 años.
Pues bien, hoy viene a ser lo mismo creer en el escenario 1 que creer que a uno le van a inyectar una dosis de inmortalidad. De veras que lo siento: el Titanic ya ha chocado y resulta que lleva menos botes salvavidas que ocupantes (por suerte, en teoría, tendríamos tiempo de disminuir la tripulación y pasajeros porque faltan varias generaciones humanas hasta que todos estemos en los botes salvavidas y la mayoría se podrían morir de viejos, bastaría con reproducirse lo justo para cuadrar ambos números).
Y sí, sé de sobra que fabricamos alimentos -de forma insostenible- para alimentar a más personas que las que somos. Hoy. No dentro de unas décadas.
¿Cuál sería tu elección si te convencieras hoy de que dentro de cuatro o cinco décadas no habrá alimentos para 10000 millones, ni siquiera permacultores vegetarianos? ¿No te parece relevante esa pregunta, por mucho que asuste o duela?
En todo caso veo que en general coincidimos en casi todo, supongo que por ello me dolió algo tu respuesta «estoica» que parecía insinuar que algunos queríamos esterilizar a la población.
Estimada Nuba, en resumidas cuentas lo que haces, es lo que hace la gran mayoría, corres para un costado las evidencias (me parece mas justa esa palabra que la de “pronósticos”), y propones seguir pariendo y ya veremos si podemos o no hacer alguna revolución para cambiar las cosas. Otra de las ilógicas y egoístas opciones a las que también se recurre habitualmente, se puede ver en el reciente articulo que pego aquí abajo, en donde el investigador sobre el clima, Michael Slezak (a quien no conozco para nada), cuenta como, a raíz de la información que va recabando, literalmente entra en pánico, pero igual decide tener su hijo y se consuela pensando: “tengo la esperanza de que nuestros hijos podrán resolver todo este caos que nosotros hemos generado…” Este pensamiento equivale a que hoy dia, el reducido grupo de personas entre 30 y 40 años que tienen la información adecuada le tenga que decir a sus hijos, ya con el agua al cuello dentro de 20 o 30 años: “nosotros sabíamos que el Titanic se estaba hundiendo, pero igualmente decidimos traerlos al mundo. Ahora les pedimos por favor que salven el glub, glub, glub…” No tiene sentido alguno, mas alla de un excesivo egoismo, pero claro, mi visión de las cosas puede estar muy equivocada.
¿Y por qué decimos tan sueltos de cuerpo que “hay para todos”, cuando aquí y ahora, en el barco que nos contiene, al menos mil millones de personas inocentes se están muriendo alrededor nuestro, de frio, hambre, sed, esclavitud y angustia?
Bien, ya despidiendome (al menos por ahora) quisiera dejar sobre la mesa el siguiente planteo, dirigido a Carlos y los demás científicos que habitan este valiosísimo espacio.
Mas alla de ocuparnos de los escenarios que vendrán a partir del 2.100, creo que seria muy importante, desde un punto de vista científico, como otra forma mas de ayudar a la gente a tomar consciencia, hablar sobre los siguientes escenarios, que entiendo tienen una alta probabilidad de desarrollarse en nuestro inmediato próximo futuro, o sea, desde ahora hasta el 2.100:
Me parece importante y positivo explayarse en el tema y complementariamente ir ideando a modo de guía, de que manera irnos preparando, no solo en lo que respecta al manejo de la escasez de agua, comida, medicamentos, etc, sino muy especialmente desde el punto de vista psicológico y espiritual….
En lo personal, cuando al realismo se lo tacha de pesimismo, solo puedo ver en ello falta de inteligencia, escapismo y cobardía.
Si no estamos vivos nosotros, lo estarán varios humanos de los que conocemos, mas todos los que no conocemos… Creo que hincar el diente en esto es primordial y urgente.
Agradecida
Por último Lía, para contrarestar la peli Sueca, también hay que ver «Demain», que además ya se comentó aquí de forma rigurosa. Yo también tengo mis reparos a ciertas alternativas que se proponen en la peli, en especial a las renovables Holandesas, y otros aspectos de la peli, discutibles, pero lo que no está en discusión es que existe una generación, en la que me incluyo, en la que pensando en el futuro, y sabiendo, que no podemos nadie hacer de salvadores de la tierra entera, sí que tenemos la capacidad de trabajar en común, pero no sólo con la gente con la que de forma natural y cutural y hormonal, tenemos sintonía, si no con los diferentes, con los que aún tienen un discurso con la palabra producción, o con la palabra el aquí y el ahora es lo que cuenta y lo demás es el karma….pues conoczco a algunos que practican demasiado occidentalizada las técnicas budistas y sin embargo no han oído hablar de Satish Kumar y su mensaje ecológico profundo que tiene que darnos.
«Vidas Suspendidas» Paco Volante, explica mucho mejor que yo lo que quiero decir:
Gracias Nuba. Intentando no ser reiterativa, no de lo que escuetamente he escrito en este espacio, sino de lo que todos venimos escribiendo desde hace décadas, y tratando de hacer una síntesis e ir a la esencia, te respondo que coincido contigo por ej cuando decis: “desde las diferentes opiniones, estamos todos haciendo un intento de que el desmadre- literalmente- sea lo menos doloroso posible”.
Hay una frase de Krishnamurti que traigo a colación:
Salvo aisladas excepciones, en los HECHOS, no estamos conformando un contingente unificado que esté prestando solución a los problemas presentes y por venir. No estamos pudiendo detener la mortandad de miles y miles de humanos ni de otras especies, no estamos armando nuevos botes salva vidas, no estamos preparándonos tampoco para enfrentar psicológicamente el hundimiento, y asi.
En estos días Emilio Santiago Muiño subio a su blog un valioso articulo que ha sido compartido en muchos muros del facebook, cuyo titulo la mayoría conocerán: “Cuatro décadas perdidas”. ¿Qué es necesario que hagamos para no seguir perdiendo un tiempo que no tenemos?
Según entiendo, nos hace falta reverencia, respeto, humildad, ternura, solidaridad…..… preguntar menos a la razón y mas al corazón… y no solo al nuestro, sino al de Gaia…
Como versa el dicho, la sabiduría no esta en dar las respuestas adecuadas, sino en hacer las preguntas verdaderas.
Me quedo por aquí… y otro abrazo para ti.
La solución no la veo en plantear escenarios rígidos y finales, por que la realidad no es rígida ni estática, es cambiante. Por ello no me atrae mucho el planteamiento de escenarios. Coincido con Juan del Río en eso de que existen miles de escenarios que se entremezclan. Pienso que nuestra atención debe centrarse en múltiples acciones cada una de ellas con una visión menos compleja lo que nos permita ver mejor como pueden darse las soluciones futuras. Analizar como estamos hoy es lo prioritario y que tendencias podremos seguir. De lo que si que hay evidencia es que hay tendencias que son muy nocivas y debemos rechazarlas urgentemente desde ya. Y en una transición irlas eliminando gradualmente, esto es lo que planteo con mi “Manifiesto de las veinte transiciones hacia el decrecimiento feliz”.
Efectivamente la solución no son los escenarios rígidos. Los escenarios son una herramienta que utilizamos, SIEMPRE, los humanos, para proyectar posibles futuros y poder elegir mejor. De hecho, tu manifiesto, que comparto, ¡plantea un escenario -no muy alejado del 4-!
Dices que analizar como estamos hoy es lo prioritario y qué tendencias podremos seguir. ¡Eso es construir escenarios! Eso justamente es lo que he pretendido hacer con mi texto.
Son las evidencias de las tendencias (escenarios) nocivas las que he analizado. Los que aquí leemos tenemos claro que los escenarios que he denominado 0 y 1 son muy nocivos incluso a relativo corto plazo, y aquí no tenemos dudas de que hay que rechazarlos: tu los llamarías decrecimiento infeliz (yo también, además de dramático y desastroso). Algunos llevamos tiempo defendiendo que el escenario 2 termina también en el desastre. Y lo que quería explorar es la idea de que el escenario 3 nos puede llevar también a un desastre o, más probablemente, al escenario 4.
En todo caso, sí, tus propuestas son muy buenas para que el decrecimiento sea menos dramático.
[…] post pico de recursos. También hablamos sobre el último artículo de Carlos de Castro, titulado La transición renovable después del colapso. Con David de Historia-Economía-Filosofía y Oriol de la Dehesa. Conduce Juan Carlos […]
Muy ilustrativo el artículo de Carlos de Castro y no menos los sucesivos comentarios. Gracias a todos por comentar y discutir el tema con inteligencia.
Como lector esporádico de esta web, y no siendo un experto ni mucho menos, sino un ciudadano como la gran mayoría (inculto en muchas materias), quizás algo más concienciado y preocupado por el futuro que nos viene que el resto, si que quiero que me permitáis exponer mi humilde opinión.
Creo que ha llegado el momento de actuar, individual y colectivamente, los expertos lleváis décadas estudiando, teorizando, filosofeando, (muy necesario, y que tenéis que seguir haciéndolo por supuesto), pero ya no hay tiempo de seguir haciéndolo por otras tantas décadas. Y el cambio necesario tiene que comenzar ya y comenzar por uno mismo.
No me refiero a este post en concreto, sino a lo que percibo en general desde los foros, plataformas, debates en los que he estado y/o participado. Percibo un despilfarro de energías y tiempo en defender las tesis propias criticando las de otras personas o colectivos, una energía y un tiempo necesarios en intentar que comencemos este cambio o transición tan necesaria para el futuro de las próximas generaciones. Por favor, defendamos la transición que cada uno quiera o piense que sea la correcta, sin denostar las de otras. Todos remamos en la misma dirección y con un mismo objetivo.
Respecto a este post, no entiendo que se incluya a Greenpeace como una organización que defienda el BAU, un BAU verde. Si nos fijamos en el documento que sirve como base a los que Greenpeace defiende como transición energética, y que sería su informe Energía 3.0, no veo un BAU verde por ninguna parte.
Tomo como datos el resumen de ideas clave de dicho informe (que tiene más de 800 páginas muy técnicas), y si esto es defender un BAU verde… un informe donde en su comiendo ya figura expresamente que un crecimiento económico basado en el consumo ilimitado de productos y recursos NO es posible, que aplicando el modelo estudiado en el informe reduciríamos nuestras necesidades de consumo energético global un 72% respecto a un escenario BAU, y un 55% respecto a niveles de 2007.
Yo no sé si será esto la solución, o la línea que habrá que seguir, como he leído en algún otro comentario, aquí nadie tiene la varita mágica para la solución real y necesaria. Pero rememos todos en la misma dirección, cada uno en su bote si es necesario. Yo por mi parte, voy a seguir centrándome en lo que podemos hacer ya, intentando despertar a la mayoría de la sociedad dormida, y lo haré desde la organización con la que me siento más motivado y con la que comparto visión, misión. Pero seguiré apoyando y colaborando con iniciativas de otros colectivos aunque no las comparta al 100%.
Remar en la misma dirección es necesario, intentarlo es nuestro deber.
Gracias Iñaki por tus palabras conciliadoras.
En realidad para lo que no hay tiempo en mi opinión es para seguir remando en otras direcciones, y como remamos en diferentes direcciones, lo más urgente es seguir discutiendo en este caos de remos.
Ojalá remáramos todos en la misma dirección, pero no es así.
Iñaki, ¿has visto en algún sitio que Greenpeace renuncie explícitamente al capitalismo? ¿Es una organización anti-capitalista? Si no lo es, entonces, por definición, es BAU-verde. Y si no es anti-capitalista, entonces no está remando en la misma dirección que yo y que cualquiera que se haya dado cuenta de que es el sistema socio-económico capitalista el que ha chocado con el iceberg y el que nos está hundiendo. Greenpeace renuncia a un crecimiento económico basado en lo no verde por imposible, pero no renuncia al crecimiento (que es lo verdaderamente imposible) ni a un sistema de «libre» mercado capitalista (eso sí, regulado).
¿En el informe que citas, se promueven los molinos eólicos de 5MW off-shore, se promueven los biocombustibles o la bioelectricidad? Si es así, que es así, no reman en la misma dirección. La historia de las últimas 4 o 5 décadas entre el capitalismo (el BAU) y la sostenibilidad (lo verde), ha sido una batalla en la que cada una de las propuestas verdes que se han ido asumiendo (biocombustibles, ISO14000, eólica, impuestos al carbono, , etc., etc.), han sido pervertidas por ese capitalismo. En el juego posibilista, lo que está triunfando netamente es el capitalismo.
Creo que las Greenpeace han sido necesarias y seguramente lo seguirán siendo ambivalentemente durante un tiempo. Pero si no se hacen más «radicales» terminarán descubriendo que están remando hacia otro iceberg.
He hablado en muchas ocasiones con personas pertenecientes a Greenpeace, y aunque ese «radicalismo» subyace en muchos de ellos, la organización, como un todo, termina en otra dirección de remado. ¡Cuidado, porque la discusión es pues más importante que nunca!
Estimado Carlos de Castro
Excelente artículo como de costumbre. Es obvio que iremos al escenario 4. Mi único temor es lo siguiente, de ahí mi pregunta al físico: ¿es esto parte del escenario 4?
«En las aproximadamente 200 centrales nucleares del mundo, el combustible usado se almacenaba en piscinas donde, hasta que se volvía menos radiactivo y, por lo tanto, menos caliente, se enfriaba con una circulación de agua dulce. Una vez que se cortó la electricidad, los generadores se hicieron cargo, circulando el agua. Pero dos semanas después, el corte de gasolina. El material radiactivo comienza a calentar las piscinas estancadas y los cobertizos de almacenamiento se llenan de vapor presurizado. Explotan uno tras otro durante los primeros meses, expulsando tantos productos radioactivos a la atmósfera como el desastre de Chernobyl o Fukushima en 2011. En el hemisferio norte, la vida se envenena y los árboles mueren en millones.»
Gracias por su respuesta
Muy interesante. Me hace reflexionar y a comprometerme aún más.
[…] 19 Antonio Aretxabala, «Una reflexión más en torno al 5G y lso retos de nuestra organización social», Blog, ANTONIO ARETXABALA (blog), 1 de julio de 2020, https://antonioaretxabala.blogspot.com/2020/07/una-reflexion-mas-en-torno-al-5g-y-los.html. También: Iñigo Capellán-Pérez, Carlos de Castro, y Luis Javier Miguel González, «Dynamic Energy Return on Energy Investment (EROI) and Material Requirements in Scenarios of Global Transition to Renewable Energies», Energy Strategy Reviews 26 (noviembre de 2019): 100399, https://doi.org/10.1016/j.esr.2019.100399 y Carlos de Castro Carranza, «La Transición Renovable durante el Colapso», Text, 15/1515 (blog), 18 de enero de 2017, https://www.15-15-15.org/webzine/2017/01/18/la-transicion-renovable-durante-el-colapso/. […]
[…] 19 Antonio Aretxabala, «Una reflexión más en torno al 5G y lso retos de nuestra organización social», Blog, ANTONIO ARETXABALA (blog), 1 de julio de 2020, https://antonioaretxabala.blogspot.com/2020/07/una-reflexion-mas-en-torno-al-5g-y-los.html. También: Iñigo Capellán-Pérez, Carlos de Castro, y Luis Javier Miguel González, «Dynamic Energy Return on Energy Investment (EROI) and Material Requirements in Scenarios of Global Transition to Renewable Energies», Energy Strategy Reviews 26 (noviembre de 2019): 100399, https://doi.org/10.1016/j.esr.2019.100399 y Carlos de Castro Carranza, «La Transición Renovable durante el Colapso», Text, 15/1515 (blog), 18 de enero de 2017, https://www.15-15-15.org/webzine/2017/01/18/la-transicion-renovable-durante-el-colapso/. […]