*** HI, KE MENDICIS ZO CHAVALXZ,.. iii,... **
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ii ** La nueva realidad transatlántica: Europa sin EE.UU. Eduardo Bayón.
***** La nueva realidad transatlántica: Europa sin EE.UU.
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La nueva realidad transatlántica: Europa sin EE.UU.
Europa ante un nuevo orden mundial: El aislamiento de EE.UU., la guerra en Ucrania y el desafío de la autonomía estratégica
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La Conferencia de Seguridad de Múnich de 2025 ha sido un punto de inflexión en la relación entre Europa y Estados Unidos. El discurso del vicepresidente estadounidense, J.D. Vance, no solo atacó a la Unión Europea, sino que también la excluyó de las negociaciones sobre la guerra de Ucrania, abriendo un nuevo escenario geopolítico en el que Washington se alinea con Moscú mientras Europa se replantea su futuro.
Estados Unidos se encuentra en un proceso de aislacionismo, replegándose de su tradicional rol de garante del orden global. La estrategia de la administración Trump se inscribe en una transición histórica hacia un mundo multipolar, donde las grandes potencias ya no buscan liderar el escenario global, sino consolidar sus propias esferas de influencia, dejando de lado la estabilidad internacional en favor de sus intereses nacionales.
Ucrania: Europa planta cara a Trump
La UE ha respondido con una demostración de unidad y apoyo a Kyiv. Ursula von der Leyen, Pedro Sánchez y otros líderes europeos viajaron a la capital ucraniana para reafirmar su compromiso con Volodímir Zelenski y rechazar la narrativa de Trump, quien lo ha tachado de "dictador".
Apoyo financiero y militar:
La UE ha anunciado un paquete de 3.500 millones de euros en ayuda militar.
España enviará 1.000 millones de euros adicionales en armamento.
Francia y Reino Unido han propuesto el despliegue de 30.000 soldados europeos para la defensa de Ucrania.
Mientras tanto, Washington negocia con Moscú sin contar con Kyiv ni con Bruselas, lo que ha provocado una fuerte reacción europea. Macron y Starmer se reunirán con Trump en Washington esta semana para intentar influir en las negociaciones.
Europa ante un nuevo orden mundial
El distanciamiento de EE.UU. de la seguridad europea no es un hecho aislado, sino parte de un proceso que comenzó con la Administración Obama. La dependencia europea de la protección estadounidense a través de la OTAN ahora se ha convertido en una debilidad estructural.
Estamos transitando un cambio de época geopolítico, donde las grandes potencias buscan redefinir sus zonas de influencia en lugar de proyectar poder global. Estados Unidos se centra en el Indo-Pacífico, Rusia refuerza su presencia en el Este de Europa y China expande su control económico en África y Asia. En este contexto, Europa se encuentra en una situación crítica: debe decidir si sigue siendo un actor dependiente de EE.UU. o si da un paso adelante para consolidar su propio liderazgo.
Retos de Europa:
Construcción de una defensa común sin la garantía de EE.UU.
Inversión en tecnología, inteligencia artificial y defensa digital para reducir la dependencia estadounidense.
Aumento del gasto en defensa: la OTAN ya discute un umbral del 3,7% del PIB.
Necesidad de fortalecer el mercado común y eliminar barreras internas que frenan la economía europea.
El golpe de Trump a la relación transatlántica debe ser un punto de inflexión para Europa, que ahora debe decidir si asume su papel como actor independiente o sigue a la deriva entre Washington y Moscú.
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España y la fractura ideológica global
El nuevo escenario también ha impactado en la política española, donde el debate se ha polarizado:
Sánchez acusa a Feijóo de "colaboracionista" con la ultraderecha global.
El PP responde llamando a Sánchez "vendido a Rusia" por sus alianzas con la izquierda internacional, mientras el presidente visita Kyiv.
Vox se alinea completamente con Trump y J.D. Vance, buscando convertirse en el interlocutor de la nueva administración republicana.
El atlantismo conservador español ha perdido la brújula, y la derecha se divide entre el apoyo incondicional a Washington o una postura más crítica ante su aproximación a Rusia.
Conclusión: ¡Europa, despierta!
El golpe que EE.UU. ha dado a la UE debe ser un punto de inflexión. Es hora de que Europa refuerce su posición global y asuma su papel como actor independiente en el nuevo orden mundial.
Estamos ante un mundo donde las potencias priorizan su propia estabilidad y control regional sobre la influencia global, dejando a Europa en una posición de vulnerabilidad si no toma medidas.
Recordatorio: No olvides comprar mi nuevo libro Lucha de Tribus: Mitos y verdades de la batalla política y la radicalización identitaria entre la izquierda y la derecha. Disponible en:
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© 2025 Eduardo Bayón
edubgar@gmail.com
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Estados Unidos se encuentra en un proceso de aislacionismo, replegándose de su tradicional rol de garante del orden global. La estrategia de la administración Trump se inscribe en una transición histórica hacia un mundo multipolar, donde las grandes potencias ya no buscan liderar el escenario global, sino consolidar sus propias esferas de influencia, dejando de lado la estabilidad internacional en favor de sus intereses nacionales.
Ucrania: Europa planta cara a Trump
La UE ha respondido con una demostración de unidad y apoyo a Kyiv. Ursula von der Leyen, Pedro Sánchez y otros líderes europeos viajaron a la capital ucraniana para reafirmar su compromiso con Volodímir Zelenski y rechazar la narrativa de Trump, quien lo ha tachado de "dictador".
Apoyo financiero y militar:
La UE ha anunciado un paquete de 3.500 millones de euros en ayuda militar.
España enviará 1.000 millones de euros adicionales en armamento.
Francia y Reino Unido han propuesto el despliegue de 30.000 soldados europeos para la defensa de Ucrania.
Mientras tanto, Washington negocia con Moscú sin contar con Kyiv ni con Bruselas, lo que ha provocado una fuerte reacción europea. Macron y Starmer se reunirán con Trump en Washington esta semana para intentar influir en las negociaciones.
Europa ante un nuevo orden mundial
El distanciamiento de EE.UU. de la seguridad europea no es un hecho aislado, sino parte de un proceso que comenzó con la Administración Obama. La dependencia europea de la protección estadounidense a través de la OTAN ahora se ha convertido en una debilidad estructural.
Estamos transitando un cambio de época geopolítico, donde las grandes potencias buscan redefinir sus zonas de influencia en lugar de proyectar poder global. Estados Unidos se centra en el Indo-Pacífico, Rusia refuerza su presencia en el Este de Europa y China expande su control económico en África y Asia. En este contexto, Europa se encuentra en una situación crítica: debe decidir si sigue siendo un actor dependiente de EE.UU. o si da un paso adelante para consolidar su propio liderazgo.
Retos de Europa:
Construcción de una defensa común sin la garantía de EE.UU.
Inversión en tecnología, inteligencia artificial y defensa digital para reducir la dependencia estadounidense.
Aumento del gasto en defensa: la OTAN ya discute un umbral del 3,7% del PIB.
Necesidad de fortalecer el mercado común y eliminar barreras internas que frenan la economía europea.
El golpe de Trump a la relación transatlántica debe ser un punto de inflexión para Europa, que ahora debe decidir si asume su papel como actor independiente o sigue a la deriva entre Washington y Moscú.
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España y la fractura ideológica global
El nuevo escenario también ha impactado en la política española, donde el debate se ha polarizado:
Sánchez acusa a Feijóo de "colaboracionista" con la ultraderecha global.
El PP responde llamando a Sánchez "vendido a Rusia" por sus alianzas con la izquierda internacional, mientras el presidente visita Kyiv.
Vox se alinea completamente con Trump y J.D. Vance, buscando convertirse en el interlocutor de la nueva administración republicana.
El atlantismo conservador español ha perdido la brújula, y la derecha se divide entre el apoyo incondicional a Washington o una postura más crítica ante su aproximación a Rusia.
Conclusión: ¡Europa, despierta!
El golpe que EE.UU. ha dado a la UE debe ser un punto de inflexión. Es hora de que Europa refuerce su posición global y asuma su papel como actor independiente en el nuevo orden mundial.
Estamos ante un mundo donde las potencias priorizan su propia estabilidad y control regional sobre la influencia global, dejando a Europa en una posición de vulnerabilidad si no toma medidas.
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