domingo, 28 de octubre de 2012

¿Tenías antes un blog llamado porno-ciencia?

#sandybotaobama, #burrofuturr

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1 comentario:

  1. Un colega del periódico, Pablo Jáuregui, volvía ayer sobre el inquietante tema de la “democracia animal” que es, como con manifiesta impropiedad, han llamado algunos entusiastas al hecho curioso que constituyen determinados mecanismos usados por ciertas especies para la formación de su voluntad colectiva. Recuerda Jáuregui el tema famoso del grito del gorila, el aullido gregario que el grupo lanza en determinadas circunstancias como señal convenida para emprender la marcha y cambiar de paisaje, así como la expresiva técnica de los babuinos que expresan posturalmente su actitud frente a la decisión grupal, y hasta recoge las precisiones de los etólogos que han sido capaces, o eso dicen ellos, de cuantificar esos gestos y señales para deducir de su estadística las posibles reglas de una suerte de sistema de toma de decisiones de naturaleza estrictamente animal. Hay etólogos que han llegado a pensar que la democracia no es un invento, que no es un producto de la reflexión humana, sino el residuo decantado de una larga experiencia evolutiva que, partiendo del bosque y a través de la sabana, habría acabado reluciente en una urna de cristal. Yo no trago, qué quieren que les diga, ya pueden ponerse en cruz los sabios de ‘Nature’, y no porque crea, en plan narciso, que la idea del autogobierno humano es superior al mecanismo instintivo, sino quizá por todo lo contrario: porque creo que la organización animal ha superado con mucho, en términos de eficacia, el logro humano de la autoorganización. Un gorila no tiene lo que hay que tener para callarse la boca cuando aúlla inquieto el grupo, mientras que la abstención es una sombra que planea sobre nuestras democracias desde hace mucho. Y aunque se parezcan cada vez más unos y otros, la verdad es que un ciudadano libre no se mueve, de momento, con el automatismo con que funcionan los individuos de la colmena, aunque ciertamente haya muchos entre ellos –los que dirigen el cotarro mismamente—que nada tienen que envidiar a esos ectoparásitos o trofobiontes expertos en vivir de los demás.

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yesyukan