(by Agustin Antunez Corrales & ISMA: "Iniciativas de Sostenibilidad Medioambiente y Autogestion")
Sí, no es el hermano de Feyerabend, el leproso, el maldito, el excomulgado, por su epistemología radical, como si el propio conocimiento no tuviera raíces. Su anarcoepistemología se extendió abarcando hoy en día a multitud de campos y disciplinas, en las que como un suave vilano al atardecer cuando calma el viento, aterriza suavemente dejando su semilla que brotará si encuentra una primavera como está, una primavera del conocimiento, una primavera cargada de semillas de mucho, o elevado, potencial.
Edmundo Feyerabend es un nombre compuesto, forma parte de una gran familia "híbrida" que vamos a ir desgranando como esas mazorcas multicolores o arco iris.
Edmundo Feyerabend es también un truco semántico, derivado del propio quehacer de la fenomenología, como para recordarnos que la fenomenología de Husserl, Edmund, también se ha dispersado con el viento. Solo que su infusión en muchos campos ha sido, o parece haber sido, tímida, al menos frente al espejo brillante de todo lo que ha representado el representacionismo. A la sombra de este, y como acicate para otras vías de pensamiento y acción, surge la fenomenología de Husserl que, tras el embelesamiento en mis propias carnes de la mano y escritura de Javier San Martín, como "a cada güarro le toca su San Martín", pues a la mísera democracia representativa que andábamos padeciendo, y a toda su prole representacionista que inundaba despachos y cancillerías, así como esos conventos medievales a los que llamábamos universidades, a todos ellos y ellas, les surgió un general San Martín, pero no para destruir al enemigo, que ya no es más enemigo, en todo caso enAmigA, sino para seguir fertilizandonos mutuamente de ideas que enriquecen y amplían nuestra libertad de pensamiento y de acción, haciendo implosionar nuevos ataques de optimismo epistemológico en esta actualidad tan revuelta.
Dice Feyerabend que el único modelo válido de pensamiento, de epistemología, es aquel o aquella que es inclusiva en torno a todas las formas de conocimiento que sabemos han existido y/o existen en la humanidad (Magia+Religión+Ciencia). De casta le viene al galgo. El pensamiento anarquista, como deriva natural de las formas gregarias animales y humanas de altrísmo, establecía como principio básico el compartir, para tener más exito. Lo cual estaba bendecido por la historia, y la biohistoria. Precedentes hay en las comunas, en la Graubunden alpina, en multitud de otros casos, en las comunidades zapatistas y las comunidades que pululan por toda la faz de Gaya.
Mira por donde le acaban de dar el premio nobel de economía a una mujer, noruega, que pone todas estas cosas en un lenguaje práctico, que aquí en estos andurriales que llamamos el occidente formal, osea, el representativo, es el lenguaje económico, de lo que en estos contextos, por cierto bastante desfasados ya, se llama productividad. Desfasados también en cuanto al mero cálculo de la productividad, que como por arte de magia es o era, unicamente medidad en el altar representativo por excelencia de la economía, que son las pizarras de La Bolsa. Esta mujer lo que demuestra es el éxito del anarcocapitalismo, estoes, las asociaciones productivas de apoyo mutuo (Koprotkin al canto) en el seno de la sociedad capitalista.
Es pues anarquista el planteamiento de la fenomenología de Edmund Husserl. Y multicultural. O transcultural. De esto quizás se haya hablado menos, a pesar de ser algo explícito en el pensamiento y escritos de Husserl.
Edmundo de Victoria. Francisco de Victoria es un fraile que ejerció, y apoyó mutuamente, la famosa escuela de salamanca. No viajó a las indias pero se nutrió del tema lo suficiente para incluso llegar a requerir un tirón de orejas por parte del rey. Si Colón ya había demostrado que las comunidades del caribe no eran ni embriones, ni salvajes, ni subdesarrollados. Más bien el, por lo que escribe, lo que se quedó fué anonadado. Al presenciar, con tanta sorpresa y de tan primera mano, el estado de abundancia y felicidad en que vivían las sabias comunidades caribeñas. No necesitaban nada absolutamente de nosotros, los castellanos. Absolutamente nada. Por no necesitar no necesitaban ni siquiera la palabra "NECESITAR".
Edmundo de Victoria, en sus famosas relecciones, demostraba, pues, la enorme tropelía que suponía asujetar a estos ciudadanos libres a la corona española, convirtiéndolos en súbditos. Su crítica, menos conocida que la de las Casas, llegaba también mucho más lejos en el terreno epistemológico. Planteaba, ponía encima de la mesa global, las posibles formas de relacionarnos en un mundo global, que precisamente nació allí, y en aquel momento cuando estos dos cachitos de mundo, a ambos lados del atlántico, empezaron a intercambiar alimentos, y demás recursos.
A Edmundo de Victoria se le considera el inspirador del Derecho internacional. ¿Acaso lo sabían?
Curiosamente, como habrán visto, la mera idea de derecho internacional, que enterraba en muchos sentidos al derecho romano, había surigido de un diálogo, de una mezcla, de un casamiento. Entre indígenas y europeos. Si adoptamos un enfoque fenomenológico, es claro que fueron los Indígenas los que por su mera existencia, impulsaron el nacimiento del Derecho Internacional.
Quizás ya es hora, después de quinientos años, de que cualquier ciudadana del mundo pueda solicitar para sí el ESTATUTO INDÍGENA, como un conjunto mínimo de principios y normas consagrados por la laaaaaaaaarga tradición de lo comunitario, tanto en la historia humana como en la biohistoria. Suena mejor que apátrida. En todo caso el sentirnos indígenas y defender, para nosotros también, nuestra identidad indígena, además de identificarnos más con estos pueblos sabios, nos lleva a conectar on re-conectar con nuestro propio yo indígena. Hoy día que la mayoría se siente uno con el planeta, porque valos conociendo, sintiendo, convenciéndonos, aprendiendo, y disfrutando de una relación más consciente, digamos más fenomenológica, o simplemente de sentido común, con la Tierra, es hora de pasar de ese ciudadano global, ecologista, ideado por Angel Valencia, hacia otro ciudadano aún más incluyente, y potente, que es el indigena que todos hemos sido, somos y seremos siendo mientras en esta Tierra vivamos y convivamos.
Tanto los estatutos básicos de la derecha como de la izquierda, eso que llaman constituciones, en su origen, fueron tomados prestados de las comunidades indígenas. Las cinco naciones iroquesas o "hau de no sau ere", cuyos abuelos se sentaron con Jefferson y el resto de la banda que redactó la primera carta de Estados Unidos. Y en la izquierda el antropólogo Morgan, que al igual que Francisco de Victoria, y los anteriores, veía las raíces de la democracia en las comunidades indígenas. Claro, bien mirado, para ello no había que ser precisamente un lince. Bastaba con mirar con ojos grandes lo que ha pasado y pasa delante de tus ojos, en la naturaleza, incluidas las comunidades humanas.
El paraíso está aquí. Nos dice otra enamorada de lo matristico. Casilda Rodrigáñez. Fusionando Gaya, la heurística del bebé y del parto, y los pueblos indígenas.
Tres notas respecto a tres noticias de esta mañana. Un hombre mata a palos a su ex-suegra, tras culparla de sus problemas matrimoniales. La imagen del Gran Poder dañada. Un parto en un portal en Fuengirola.
De la primera noticia poco añadir. Es una lección magistral en directo de "los efectos secundarios" del patriarcado. Que menos mal que ya le queda poco.
De la segunda. Parece una metáfora profética. El Gran Poder Omnímodo del Dios Patriarcal Capitalista está herido de muerte. Y encima el "terrorista de la representación" además de patearle y arrancarle un brazo, dicen que se trata de un perturbado, le rasgó las vestiduras al Cristo, que tiene cuatro siglos de imagen bajo sus espaldas. había que mirar las consecuencias de la perturbación que sufría aquel anónimo personaje de la historia que un buen día empezó la representación plana, al dibujar un graffiti en Anatolia, en una cueva, con una cara, una imagen que recordaba, o representaba, a Jesus el Cristo.
Es de suponer que nuestra abducción personal bipolar a la "representacionitis" será máyor o menor, más aguda o más leve, en función de las generaciones que nos han educado a nosotros y han educado, y domesticado a la cultura que practicamos.
Así, salta a la vista que el mundo musulmán, en general, estaría menos abducido por la imagen plana y todo lo que ella representa a lo largo de cada día en nuestras vidas. Porque en los paises musulmanes las imagenes planas no colaron, no empezaron a imprimirse con la imprenta, hasta el siglo xix.
La alta fidelidad de la publicidad de las tecnologías apantallantes, es sin duda alta fidelidad. Sí, realmente se trata de fé, de fidelidad en grado sumo. Fíjense que los pueblos indígenas no presentan esta fidelidad con las imagenes planas. Y así se ven incapaces de relacionar una persona, por ejemplo, con la fotografía de la misma reflejada en un trozo plano de papel fotográfico. Los indígenas son pues agnósticos, en cuanto al apantallamiento que, tras siglos de domesticación, hace estragos o hacía estragos, antes de la llegada de la Diosa Gueb, entre las poblaciones más europeizadas.
Sí, no es el hermano de Feyerabend, el leproso, el maldito, el excomulgado, por su epistemología radical, como si el propio conocimiento no tuviera raíces. Su anarcoepistemología se extendió abarcando hoy en día a multitud de campos y disciplinas, en las que como un suave vilano al atardecer cuando calma el viento, aterriza suavemente dejando su semilla que brotará si encuentra una primavera como está, una primavera del conocimiento, una primavera cargada de semillas de mucho, o elevado, potencial.
Edmundo Feyerabend es un nombre compuesto, forma parte de una gran familia "híbrida" que vamos a ir desgranando como esas mazorcas multicolores o arco iris.
Edmundo Feyerabend es también un truco semántico, derivado del propio quehacer de la fenomenología, como para recordarnos que la fenomenología de Husserl, Edmund, también se ha dispersado con el viento. Solo que su infusión en muchos campos ha sido, o parece haber sido, tímida, al menos frente al espejo brillante de todo lo que ha representado el representacionismo. A la sombra de este, y como acicate para otras vías de pensamiento y acción, surge la fenomenología de Husserl que, tras el embelesamiento en mis propias carnes de la mano y escritura de Javier San Martín, como "a cada güarro le toca su San Martín", pues a la mísera democracia representativa que andábamos padeciendo, y a toda su prole representacionista que inundaba despachos y cancillerías, así como esos conventos medievales a los que llamábamos universidades, a todos ellos y ellas, les surgió un general San Martín, pero no para destruir al enemigo, que ya no es más enemigo, en todo caso enAmigA, sino para seguir fertilizandonos mutuamente de ideas que enriquecen y amplían nuestra libertad de pensamiento y de acción, haciendo implosionar nuevos ataques de optimismo epistemológico en esta actualidad tan revuelta.
Dice Feyerabend que el único modelo válido de pensamiento, de epistemología, es aquel o aquella que es inclusiva en torno a todas las formas de conocimiento que sabemos han existido y/o existen en la humanidad (Magia+Religión+Ciencia). De casta le viene al galgo. El pensamiento anarquista, como deriva natural de las formas gregarias animales y humanas de altrísmo, establecía como principio básico el compartir, para tener más exito. Lo cual estaba bendecido por la historia, y la biohistoria. Precedentes hay en las comunas, en la Graubunden alpina, en multitud de otros casos, en las comunidades zapatistas y las comunidades que pululan por toda la faz de Gaya.
Mira por donde le acaban de dar el premio nobel de economía a una mujer, noruega, que pone todas estas cosas en un lenguaje práctico, que aquí en estos andurriales que llamamos el occidente formal, osea, el representativo, es el lenguaje económico, de lo que en estos contextos, por cierto bastante desfasados ya, se llama productividad. Desfasados también en cuanto al mero cálculo de la productividad, que como por arte de magia es o era, unicamente medidad en el altar representativo por excelencia de la economía, que son las pizarras de La Bolsa. Esta mujer lo que demuestra es el éxito del anarcocapitalismo, estoes, las asociaciones productivas de apoyo mutuo (Koprotkin al canto) en el seno de la sociedad capitalista.
Es pues anarquista el planteamiento de la fenomenología de Edmund Husserl. Y multicultural. O transcultural. De esto quizás se haya hablado menos, a pesar de ser algo explícito en el pensamiento y escritos de Husserl.
Edmundo de Victoria. Francisco de Victoria es un fraile que ejerció, y apoyó mutuamente, la famosa escuela de salamanca. No viajó a las indias pero se nutrió del tema lo suficiente para incluso llegar a requerir un tirón de orejas por parte del rey. Si Colón ya había demostrado que las comunidades del caribe no eran ni embriones, ni salvajes, ni subdesarrollados. Más bien el, por lo que escribe, lo que se quedó fué anonadado. Al presenciar, con tanta sorpresa y de tan primera mano, el estado de abundancia y felicidad en que vivían las sabias comunidades caribeñas. No necesitaban nada absolutamente de nosotros, los castellanos. Absolutamente nada. Por no necesitar no necesitaban ni siquiera la palabra "NECESITAR".
Edmundo de Victoria, en sus famosas relecciones, demostraba, pues, la enorme tropelía que suponía asujetar a estos ciudadanos libres a la corona española, convirtiéndolos en súbditos. Su crítica, menos conocida que la de las Casas, llegaba también mucho más lejos en el terreno epistemológico. Planteaba, ponía encima de la mesa global, las posibles formas de relacionarnos en un mundo global, que precisamente nació allí, y en aquel momento cuando estos dos cachitos de mundo, a ambos lados del atlántico, empezaron a intercambiar alimentos, y demás recursos.
A Edmundo de Victoria se le considera el inspirador del Derecho internacional. ¿Acaso lo sabían?
Curiosamente, como habrán visto, la mera idea de derecho internacional, que enterraba en muchos sentidos al derecho romano, había surigido de un diálogo, de una mezcla, de un casamiento. Entre indígenas y europeos. Si adoptamos un enfoque fenomenológico, es claro que fueron los Indígenas los que por su mera existencia, impulsaron el nacimiento del Derecho Internacional.
Quizás ya es hora, después de quinientos años, de que cualquier ciudadana del mundo pueda solicitar para sí el ESTATUTO INDÍGENA, como un conjunto mínimo de principios y normas consagrados por la laaaaaaaaarga tradición de lo comunitario, tanto en la historia humana como en la biohistoria. Suena mejor que apátrida. En todo caso el sentirnos indígenas y defender, para nosotros también, nuestra identidad indígena, además de identificarnos más con estos pueblos sabios, nos lleva a conectar on re-conectar con nuestro propio yo indígena. Hoy día que la mayoría se siente uno con el planeta, porque valos conociendo, sintiendo, convenciéndonos, aprendiendo, y disfrutando de una relación más consciente, digamos más fenomenológica, o simplemente de sentido común, con la Tierra, es hora de pasar de ese ciudadano global, ecologista, ideado por Angel Valencia, hacia otro ciudadano aún más incluyente, y potente, que es el indigena que todos hemos sido, somos y seremos siendo mientras en esta Tierra vivamos y convivamos.
Tanto los estatutos básicos de la derecha como de la izquierda, eso que llaman constituciones, en su origen, fueron tomados prestados de las comunidades indígenas. Las cinco naciones iroquesas o "hau de no sau ere", cuyos abuelos se sentaron con Jefferson y el resto de la banda que redactó la primera carta de Estados Unidos. Y en la izquierda el antropólogo Morgan, que al igual que Francisco de Victoria, y los anteriores, veía las raíces de la democracia en las comunidades indígenas. Claro, bien mirado, para ello no había que ser precisamente un lince. Bastaba con mirar con ojos grandes lo que ha pasado y pasa delante de tus ojos, en la naturaleza, incluidas las comunidades humanas.
El paraíso está aquí. Nos dice otra enamorada de lo matristico. Casilda Rodrigáñez. Fusionando Gaya, la heurística del bebé y del parto, y los pueblos indígenas.
Tres notas respecto a tres noticias de esta mañana. Un hombre mata a palos a su ex-suegra, tras culparla de sus problemas matrimoniales. La imagen del Gran Poder dañada. Un parto en un portal en Fuengirola.
De la primera noticia poco añadir. Es una lección magistral en directo de "los efectos secundarios" del patriarcado. Que menos mal que ya le queda poco.
De la segunda. Parece una metáfora profética. El Gran Poder Omnímodo del Dios Patriarcal Capitalista está herido de muerte. Y encima el "terrorista de la representación" además de patearle y arrancarle un brazo, dicen que se trata de un perturbado, le rasgó las vestiduras al Cristo, que tiene cuatro siglos de imagen bajo sus espaldas. había que mirar las consecuencias de la perturbación que sufría aquel anónimo personaje de la historia que un buen día empezó la representación plana, al dibujar un graffiti en Anatolia, en una cueva, con una cara, una imagen que recordaba, o representaba, a Jesus el Cristo.
Es de suponer que nuestra abducción personal bipolar a la "representacionitis" será máyor o menor, más aguda o más leve, en función de las generaciones que nos han educado a nosotros y han educado, y domesticado a la cultura que practicamos.
Así, salta a la vista que el mundo musulmán, en general, estaría menos abducido por la imagen plana y todo lo que ella representa a lo largo de cada día en nuestras vidas. Porque en los paises musulmanes las imagenes planas no colaron, no empezaron a imprimirse con la imprenta, hasta el siglo xix.
La alta fidelidad de la publicidad de las tecnologías apantallantes, es sin duda alta fidelidad. Sí, realmente se trata de fé, de fidelidad en grado sumo. Fíjense que los pueblos indígenas no presentan esta fidelidad con las imagenes planas. Y así se ven incapaces de relacionar una persona, por ejemplo, con la fotografía de la misma reflejada en un trozo plano de papel fotográfico. Los indígenas son pues agnósticos, en cuanto al apantallamiento que, tras siglos de domesticación, hace estragos o hacía estragos, antes de la llegada de la Diosa Gueb, entre las poblaciones más europeizadas.
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