miércoles, 25 de noviembre de 2009

Hacia una Declaración de Derechos de la Naturaleza




Norma Aguilar Alvarado

ALAI AMLATINA, 20/11/2009

Ante el inminente fracaso de la Cumbre de
Copenhague, urge cambiar radicalmente la relación con la Pachamama.
Estados Unidos y China han advertido que la 15º Conferencia de las
Partes (COP15) del Convenio Marco de las Naciones Unidas sobre Cambio
Climático que se reunirá en Copenhague, Dinamarca, en diciembre
próximo, no logrará un acuerdo sobre las metas de reducción de emisiones de
gases de efecto invernadero. El fracaso de la reciente reunión de
Barcelona ya había hecho prever este panorama desalentador.

El problema es de enfoque. Todos saben que el planeta está en
peligro y que si no se toman medidas radicales y efectivas, la vida
desaparecerá.
Pero mientras se siga viendo a la Tierra solo como el depósito de
recursos para la acumulación individual, todo intento de diálogo
conducirá, como máximo, a medidas paliativas y no a soluciones
efectivas. De lo que se trata, entonces, es de replantear las relaciones
con la naturaleza.

Debemos entender que la naturaleza es un ser vivo y nosotros somos
parte de ella. Los pueblos indígenas dicen: "la Pachamama nos cría y
nosotros la criamos a ella". Y es que los pueblos indígenas no trabajan
para la acumulación individual sino para satisfacer las necesidades de
todos.
Por eso el trabajo es una fiesta, una forma más de diálogo entre
los miembros de la comunidad y con la naturaleza.

La biodiversidad -en peligro por el calentamiento global- es la
mayor riqueza de este planeta y es la que dio origen a la inmensa
diversidad cultural que la habita. Los seres humanos y los pueblos se formaron
en su relación con ella, en su cuidado, en su crianza, en una eterna
reciprocidad por los bienes que nos ofrece para sobrevivir. Pero las
invasiones de Europa al Abya Yala (hoy América) y otros continentes,
cortaron abruptamente estas civilizaciones que supieron vivir en armonía
con la Madre Tierra durante decenas de milenios, para, en solo
quinientos años de saqueo, mercantilización y depredación de la
naturaleza, conducirnos al borde de un cataclismo climático global.
Si reconocemos a la naturaleza como un ser vivo, la hacemos sujeto de
derechos. Hay un vasto movimiento social en todo el mundo que comparte
la propuesta de redactar y adoptar en el seno de las Naciones Unidas una

Declaración de los Derechos de la Naturaleza. Y algunos gobiernos de
la región (Bolivia, Ecuador) han hecho suya esta iniciativa.

La ONU y el planeta
La preocupación por el cuidado de la naturaleza no es nueva en la
comunidad internacional. En 1982, la Asamblea General de las Naciones
Unidas aprobó la Carta Mundial de la Naturaleza. Cinco años
después, la Comisión Mundial de Medio Ambiente y Desarrollo emitió el Informe
"Nuestro Futuro Común", conocido como Informe Brundtland, cuyo
llamado principal es precisamente a la creación de una Carta que contenga
los principios fundamentales para una vida sostenible.

El 9 de mayo de 1992, la ONU adopta la Convención Marco sobre el
Cambio Climático, que entró en vigencia en 1994. Ese mismo año, en Río
de Janeiro, Brasil, se reúne la primera Conferencia sobre Medio
Ambiente y Desarrollo, que dio lugar a la Agenda 21, un Plan de Acción que los

Estados deberían llevar a cabo para transformar el modelo de
desarrollo actual, basado en una explotación de los recursos naturales como si
fuesen ilimitados y en un acceso desigual a sus beneficios, en un
nuevo modelo de desarrollo que satisfaga las necesidades de lasgeneraciones
actuales sin comprometer la capacidad de las generaciones futuras.
Diez años después se reúne la segunda Conferencia en Johannesburgo,
Sudáfrica.
Entre ambas conferencias, conocidas como "Cumbres de la Tierra",
los países industrializados se reúnen el 11 de diciembre de 1997 en
Kioto, Japón, y se comprometen a ejecutar un conjunto de medidas para
reducir los gases de efecto invernadero, fijándose metas hasta el año 2012.

Estados Unidos retiró su firma de este documento, llamado Protocolo
de Kioto. La Cumbre de Copenhague, en diciembre, debería asumir nuevos
compromisos en este campo para el 2013 en adelante, pero ya los
países poderosos adelantaron que no habrá acuerdo.

La Carta de la Tierra
Mientras todo este proceso se desarrollaba, también se iba gestando
un documento que intentaba ser una Carta Magna o Constitución delplaneta.
Y el 29 de junio del 2000 es lanzada oficialmente la Carta de laTierra
en La Haya, Holanda. Se trata de una declaración solidaria que afirma
que es posible vivir y disfrutar de la Tierra sin destruirla y sin
causar daños a las comunidades humanas ni al conjunto de seres vivos
que la habitamos. Y que reconoce y advierte que para lograrlo se necesita
un cambio de mentalidad y de corazón.

La Carta de la Tierra está estructurada en cuatro principios
angulares que contienen 16 principios generales, a saber:

I. Respeto y cuidado de la vida.

1. Respetar la Tierra y la vida en toda su diversidad.
2. Cuidar la comunidad de la vida con entendimiento, compasión yamor.
3. Construir sociedades democráticas que sean justas,participativas,
sostenibles y pacíficas.
4. Asegurar que los frutos y la belleza de la Tierra se preserven para
las generaciones presentes y futuras.

II. Integridad ecológica

5. Proteger y restaurar la integridad de los sistemas ecológicos de
la Tierra, con especial preocupación por la diversidad biológica y los
procesos naturales que sustentan la vida.
6. Evitar dañar como el mejor método de protección ambiental y,
cuando el conocimiento sea limitado, proceder con precaución.
7. Adoptar patrones de producción, consumo y reproducción que
salvaguarden las capacidades regenerativas de la Tierra, los derechos
humanos y el bienestar comunitario.
8. Impulsar el estudio de la sostenibilidad ecológica y promover el
intercambio abierto y la extensa aplicación del conocimiento adquirido.

III. Justicia social y económica
9. Erradicar la pobreza como un imperativo ético, social y
ambiental.
10. Asegurar que las actividades e instituciones económicas, a todo
nivel, promuevan el desarrollo humano de forma equitativa y
sostenible.
11. Afirmar la igualdad y equidad de género como prerrequisitos para
el desarrollo sostenible y asegurar el acceso universal a la educación,
el cuidado de la salud y la oportunidad económica.
12. Defender el derecho de todos, sin discriminación, a un entorno
natural y social que apoye la dignidad humana, la salud física y el
bienestar espiritual, con especial atención a los derechos de los
pueblos indígenas y las minorías.

IV. Democracia, no violencia y paz

13. Fortalecer las instituciones democráticas en todos los niveles y
brindar transparencia y rendimiento de cuentas en la gobernabilidad,
participación inclusiva en la toma de decisiones y acceso a la justicia.
14. Integrar en la educación formal y en el aprendizaje a lo largo
de la vida, las habilidades, el conocimiento y los valores necesarios para
un modo de vida sostenible.
15. Tratar a todos los seres vivientes con respeto y consideración.
16. Promover una cultura de tolerancia, no violencia y paz.
Así, en resumen, la Carta de la Tierra muestra que la protección
del medio ambiente, los derechos humanos, el desarrollo equitativo de los
pueblos y la paz son interdependientes e indivisibles. Todos los
problemas están relacionados: los ambientales, los sociales, los
económicos, los políticos y los culturales, lo cual invita a promover
soluciones que los tengan en cuenta conjuntamente.[]

Derechos de la Pachamama
¿Por qué no retomar estos principios para, a partir de la Carta de
la Tierra, redactar y aprobar una Declaración de los Derechos de la
Naturaleza? El cambio de mentalidad y de corazón es posible, como
decíamos al inicio: basta con dejar de ver el planeta como un
depósito de recursos para ser saqueados, mercantilizados y servir al
enriquecimiento de unos pocos. Basta con volver a la armonía con
nuestra Pachamama. Se trata, sencillamente, de defender la vida, toda la
vida, con sus riquísimas diversidades biológicas y culturales.

El año que termina ha sido rico para el movimiento indígena en este
camino. En mayo se reunió en Puno la IV Cumbre de Nacionalidades y
Pueblos Indígenas del Abya Yala, que tomó tres acuerdos centrales
para difundir las demandas y propuestas en torno al calentamiento global:
la Minga Global por la Madre Tierra, que se realizó en octubre; la
creación del Tribunal Internacional de Justicia Climática, que tuvo su
primera Audiencia en Cochabamba, Bolivia, en el marco de esta Minga Global; y
la realización de una cumbre paralela a la Conferencia de Copenhague en
diciembre.

La Coordinadora Andina de Organizaciones Indígenas (CAOI), sus
organizaciones integrantes y diversas organizaciones del movimiento
social del continente, Europa y otras latitudes, participarán en esta
Cumbre Alternativa, en cuyo marco se desarrollará una nueva
Audiencia del Tribunal Internacional de Justicia Climática.

Como hijos de la Madre Naturaleza, la adopción de una Declaración
de sus Derechos forma parte central de nuestra agenda.

- Norma Aguilar Alvarado, Área de Comunicaciones
Coordinadora Andina de Organizaciones Indígenas - CAOI
Más información: http://alainet.org
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