lunes, 22 de febrero de 2010

Navegando por la Abducción


CHARLES S. PEIRCE Y EL BOTE DEL MUSEMENT: DOS MIRADAS DESDE LA ORILLA DEL LAGO

Poesía y Neurociencia para una epistemología de la experiencia humana

Stefan F. Palma

Sube al bote del Musement, empújalo en el lago de

del pensamiento, y deja que la brisa del cielo empuje

tu navegación. Con tus ojos abiertos, despierta a lo que

tu alrededor o dentro de ti, y entabla conversación contigo

mismo; para eso es toda meditación"

( Peirce. C.S. Citado por Sara F. Barrena en Estudio

de Licenciatura sobre: “Un argumento

olvidado en favor de la realidad de Dios.)(1)

Quienes se hayan acercado a la obra del norteamericano Charles S. Peirce(1839-1914), inclusive de manera tangencial, habrán podido observar ya, la magnificencia de su monumental obra. Más allá de considerársele un hombre de ciencia, comienza a ser rescatado el filósofo, el teólogo, y... , por sobre todo: ¡el hombre!. Provisto de un arte creador pocas veces visto en el curso de cada siglo, Peirce es el inspirador natural que guía a los estudios en los más diversos conocimientos de las ciencias humanas: desde los lenguajes matemáticos más abstractos hasta los pensamientos epistemológicos más profundos y sensibles de la experiencia humana. Los poetas Walt Whitman (1819-1892), y Pablo Neruda (1904-1973) norteamericano el primero; chileno el segundo, nos invitan, a través de sus poesías, a mirar desde la orilla del lago cómo el bote del musement poético, navegan con undulaciones capaces de llevarnos hacia una filosofía de la experiencia y de la vida. La navegación realizada por la poética Whitman-Neruda, como procesos para una metodología de la comprensión, hacia una epistemología, muchas veces incomprendida, es tan vasta como un océano; si es posible comparar, o metaforizando: ¡la literatura es un océano! Un océano que ha permitido, a quienes han podido navegar en sus aguas bajo tormentas de lluvia, y otras en medio de tornados y huracanes, grandes aciertos para la comprensión de la complejidad de la experiencia humana.

En este devenir humano de imaginación, sorpresas, intuiciones y creaciones, Whitman y Neruda, nos indican un camino, a través de sus versos siempre vitales y rupturistas, hacia una fenomenología del Vivir, que no es la visión tradicional en la poesía y en la concepción filosófica y científica imperante en estos tiempos contemporáneos. Y que es la captación de traer un Vivir que no se resiste como afuera o adentro, sino que es palpado como si fuera el centro de la experiencia humana misma, en un instante de tiempo y espacio, pero que se abre como abanico al sentimiento con lo nuevo, sintiendo el yo y el mundo como un espacio de encuentro y pertenencia, donde lo Uno es Todo: ¡Vivir!

Además, la literatura nos muestra a través de sus olas de imágenes, evocaciones y símbolos, no sólo emociones y pensamientos, sino percepciones de un mundo conquistado o por conquistar, imaginado o creado; donde aparece la vida detrás de ella, con un ejército de mundos que se abren ante el deseo inherente de expresar una sola facultad, de la que goza el ser humano pensante: ¡libertad de navegar en el bote del musement!

Desde la Neurociencia, Francisco Varela-fallecido el 2000-, Humberto Maturana y Antonio Damasio han diseñado marcos conceptuales propios, invitándonos a mirar cómo el bote del musement neurocientífico, nos aproxima hacia una fenomenología de la vida, que nos permite reflexionar desde las aportaciones científicas, a través de lo que Varela denomina el punto clave de la encarnación y la emergencia: mente y cuerpo sumergidos en la experiencia y en la interacción con el mundo. Y Maturana nos introduce en el mirar y pensar poético, opuesto al mirar y pensar ingieneril como referentes de un pensar lógico causal, y Damasio concede al concepto de consciencia ampliada , la grandeza de la mente humana .

Peirce hace un claro llamado a subirse a este bote del Musement, pues en él las posibilidades de comprensión por los fenómenos de interés, que pueden ser desde los distintos prismas de observación, precisamente pueden potenciarse, desde que procede de la meditación personal, de lo que se encuentra alrededor o dentro de uno. En otras palabras,

el Musement implica un no reduccionismo de la problemática adentro- afuera para los análisis científicos.

La investigadora de Peirce, Sara F. Barrena, de la Universidad de Navarra, en su potente estudio de Licenciatura sobre : “Un argumento olvidado en favor de la realidad de Dios” el más importante trabajo de Peirce, en relación a Dios, señala en relación al Musement:

En primer lugar, hay que señalar que esta actividad de la mente se diferencia del estudio

científico; no constituye tampoco un método de análisis lógico, y es precisamente

en esa no reducción a la ciencia o a la lógica donde Peirce cifra las posibilidades

más amplias que ofrece el musemet”

(Op.cit.,1997. pp.38-39)

Whitman intenta expresar la inutilidad de congelar una explicación, mediante argumentos científicos, que ante la presencia de un niño podría ser nefasto, dada la capacidad que éstos poseen para abrirse al mundo de las repuestas, a través de procesos de la imaginación la fantasía y la sorpresa. Whitman escribe:

Un niño dijo “ ¿Qué es la hierba?” trayéndomela

con las manos llenas,

¿Cómo podría responderle al niño? No sé mejor que

él qué cosa es. (2)

(Whitman, poema 6, p.18)

Whitman deja que el niño acoja con sus manos la hierba y que viva la experiencia por sí solo. Que deje correr los procesos cognitivos y perceptivos más sutiles; luego, reconoce la imposibilidad de adelantarse a todo conocimiento, frente al que posee la experiencia de tocar la hierba, olerla, sentirla; entablando conversación consigo mismo, como se refiere Peirce al proceso de reflexión- meditación; aspectos claves para una comprensión mayor de cualquier fenómeno.

Para Varela, la mente no está en la cabeza, sino que está representada por la encarnación. O dicho de otra manera, cualquier cosa que está frente a nosotros representa parte de esa “mente nuestra” que se encarna en las cosas mismas que ocupan los espacios, a través de una constante manipulación sensorimotriz. Ya que no se pueden captar los objetos como si estuvieran “ahí afuera” en forma independiente, donde tanto el objeto como la persona están co-emergiendo, co-surgiendo. Varela nos diría, refiriéndose al niño de Whitman que, los procesos cognitivos, mentales, por los cuales se llega a “conocer” son parte del paisaje total en el cual el niño participa: encarnado y emergente. Niño, hierba, paisaje y procesos en flujos recurrentes en ir y venir, son procesos recurrente en la formación de esa Mente encarnada y enactiva

Varela señalará:

Esta perspectiva de la mente como como enactivamente encarnada

tiene dos consecuenacias, ya que, si la mente no está en la cabeza,

¿ dónde diablos está? Este es precisamente el punto: es en este lugar

de la co-determinación entre lo interno y lo externo, luego no podemos

decir que está afuera o adentro”(3)

(Varela, 2002, p.242)

Fernando Zalamea, en su excelente libro titulado “Razón de la frontera y fronteras de la razón” señala sobre la amplitud de la concepción epistemológica en Peirce, recalcando la noción a través de la bella metáfora del péndulo epistemológico:

“...la obra de Peirce intenta establecer un ir y venir entre la realidad,

los signos con los que representamos esa realidad y las interpretaciones

con las que vamos entreverando esos signos”(4)

(Zalamea;, p.24)

Luego, en Whitman y en Neruda podemos encontrar nociones epistemológicas coincidentes, tocando puntos claves de la experiencia vivida, Whitman escribirá:

Me celebro a mí mismo y me canto a mí mismo,

Y lo que presumo tú lo presumirás,

Porque cada átomo que me pertenece también te

Pertenece”

(Op.cit., Poema 1, p.11)}

En Neruda podemos leer:

“Quien descubre el quién soy descubre el

quién eres.

Y el cómo, y el adónde. (5)

( Neruda, La Injusticia, p.43)

El navegante en el bote del musement, Charles S. Peirce, maestro en el estudio de los símbolos, signos e interpretantes, llegó a expresar su concepción de verdad, de conocimiento y de mente, desde una epistemología del consenso:

“...el progreso de la ciencia no puede ir muy lejos si omite

la colaboración; o, para expresarlo con más exactitud,

ninguna mente puede avanzar un solo paso sin ayuda de

otras mentes. En cuarto término, la salud de la confraternidad

científica requiere la más absoluta libertad mental. (6)

El trabajo comunitario de lo que debe ser consensuado, constituye uno de los mayores aciertos visionarios, de Peirce: Ninguna mente puede avanzar un solo paso sin ayuda de otras mentes” ; o, lo que la confraternidad científica, en su búsqueda por crecer, a la luz del pensamiento, “requiere la más absoluta libertad mental”. Con esto, Peirce destaca el valor del consenso comunitario en el trabajo científico, en sentido de la cual, en el conocimiento científico, se haya en la conjunción de una comunidad de pensadores.

Whitman nos acerca a la idea a través de este hermoso poema:

Todas las verdades participan en todas las cosas,

Nunca precipitan su propia liberación ni se resisten a ella,

No necesitan las pinzas de obstetricia del cirujano,

Lo insignificante es tan grande para mí como cualquier cosa,

(Op. cit, Poema 6 p. 18.)

Neruda hará lo mismo con su poema La Verdad:

Os amo idealismo y realismo,

como agua y piedra

sois

partes del mundo,

luz y raíz del árbol de la vida”

(Op. cit,, 1976, p.283)

“¿Cuál es la naturaleza de mi existencia?” se pregunta Varela. El yo cognitivo es fruto de los acoplamientos dinámicos, en un tránsito de lo local a lo global, y de lo global a lo local; o como metafóricamente ha señalado: ¡Es una calle de dos direcciones!:

“ Por lo tanto, la cognición es enactivamente emergente y es la

co-determinación entre elementos locales y el sujeto cognitivo global.

hay dos corolarios que se desprenden de este punto clave. En primer

lugar, si juntamos el primer punto clave y el segundo, es decir, los

conceptos de encarnación y emergencia, la mente es fundamentalmente

asunto de imaginación y fantasía”

(Op.cit, . p. 247)

Para Antonio R. Damasio, en Sentir lo que sucede(2000) el drama de la condición humana proviene sólo de la consciencia, es el peso de conocer los riesgos, peligros y dolores, inherentes a la búsqueda del conocimiento. Sin embargo, señalará: “ Saber ayudará a ser” . Neruda nos ayuda a graficar la imagen del drama de la condición humana:

“Apenas supe, solo, que existía

y que podía ser, ir continuando,

tuve miedo de aquello, de la vida,

quise que no me vieran

que no se conociera mi existencia

(Op. cit, p. 32)

En el siguiente poema, Neruda nos indica que, El futuro es espacio; correlación de elementos de la naturaleza y capacidad de soñar, que se traduce por una instancia mental de vida:

El futuro es espacio,

espacio color de tierra,

color de nube,

color de agua, de aire,

espacio negro para muchos sueños,

espacio blanco para toda la nieve,

para toda la música”

(Op.cit. p.286)

Par Varela, seguramente, el poema de Neruda simbolizaría un esquema conceptual de emergencia, en la cual el espacio juega un papel fundamental en la constitución de la cognición y de la experiencia:

“ La conclusión que hay que sacar es que el espacio surge como

producto del movimiento. Esta es una constatación absolutamente

extraordinaria: el espacio, esta cosa frente a nosotros que parece

absolutamente objetiva, el pilar de la objetividad en física, es

totalmente inseparable del hecho que tenemos que manipularlo

a través de una conducta sensorimotriz”

(Op.cit, p. 241)

En Maturana, el pensar poético conlleva percibir y revelar relaciones que van más allá de las circunstancias particulares que se viven en cada momento, es por ello el fundamento de la comprensión como mirada que ve lo local en relación con el contexto general a que pertenece sistémicamente. El pensar poético es esencialmente comprensivo-reflexivo:

La conciencia en tanto operación reflexiva sobre el darse cuenta,

exige una operacionalidad particular que se realiza en el entrejuego

del lenguajear y el emocionar, y que hace posible tratar la circunstancia

que se vive como objeto que se puede mirar y se mira”(7)

( Maturana, 1997, p.142)

En Peirce, también encontramos miradas recursivas y emergentes sobre la Mente, o la cognición, dirigidas hacia una concepción epistemológica encarnada en el mundo, cuando asevera:

El pensamiento no necesariamente debe estar conectado con un cerebro. Aparece en el trabajo de las abejas, de los cristales, y a través de todo el

mundo físico; y no se podría negar que los colores, las formas, etc.. de los

objetos también lo están”

(Op.cit, p. 81)

Para Damasio, cuando hablamos de la grandeza de la consciencia, tenemos en mente la consciencia ampliada y con ello, la posibilidad de abrir las fronteras de las miradas reducidas y limitantes:

“ En su cenit, el alcance de la consciencia ampliada puede alcanzar la vida

entera del individuo, desde la cuna hasta el futuro, e instalar el mundo a su lado.

Cualquier día, si le permites volar, puede transformarte en el personaje de una

Novela épica y, si la usas bien, abrirte las puertas de la creación”

(Op.cit., p. 217)

Sara F. Barrena va más allá en los análisis e interpretaciones de la obra de Peirce:

“Para Peirce es necesario respetar el crecimiento progresivo de la racionalidad

en el Cosmos y de la mente que las descubre, manteniendo una actitud abierta

de espíritu”.

(Op. cit., p.32)

Aproximarse a las metáforas de Peirce , bote del musement y lago del pensamiento, para realzar la sutileza de la meditación que invitan a los Universos y modos de Realidad en los diferentes dominios, como la poesía y la neurociencia , es una cuestión de ¡candor y libertad mental! ; donde imaginación, fantasía, intuición y creatividad, facultades tan necesarias para una epistemología de la experiencia; hacen un llamado a la co-participación-encarnada y emergente- en la búsqueda consensuada de la verdad, como dirá el mismo Peirce, en relación a los Universos, es una cuestión que depende más bien de un punto de vista aceptable que de la verdad de una doctrina”(Op,cit, p.74)

A través de éstas miradas poéticas y neurocientíficas desde la orilla del lago, metáfora que nos permiten acceder a una reflexión no lineal, ya que la observación siempre se verá influenciada por las ondulaciones y flujos recurrentes de intercambio en la experiencia vivida; y por supuesto, en el pensar poético. Como cita Zalamea en su obra, para Peirce “ la mala poesía es falsa, lo concedo; pero nada es más verdadero que la verdadera poesía”(op.cit.,p152); O cuando Varela y Maturana formulan en “El árbol del conocimiento”(2001): “el conocimiento del conocimiento nos obliga. Nos obliga a tener una actitud de permanente vigilia contra la tentación de la certeza, a reconocer que nuestras certidumbres no son pruebas de verdad, como si el mundo que cada uno ve fuese el mundo y no un mundo que traemos a la mano con otros. Nos obliga porque al saber que sabemos no podemos negar lo que sabemos

La invitación es a mirar con una perspectiva epistemológica desde la reflexividad del vivir, a través de los diferentes dominios de Universos y recurrencias en el lenguaje, en el fluir cotidiano de la existencia y la indagación, ya sea en los propios botes o desde la orilla del lago, y con el desafío de que muchas miradas ampliarán el paisaje de la verdad y, tal vez, podamos llegar a comprender más de cerca el Universo Peirce.

Bibliografía:

Barrena, S. (1997),Véase el excelente Estudio de Licenciatura llevado a cabo por

Sara F. Barrena, de la Universidad de Navarra, sobre uno de los

trabajos póstumos de Peirce, “Un argumento olvidado en favor de

la realidad de Dios”, a través de la cual, la introducción, traducción

y notas son realizadas por la investigadora. En este estudio, se

abordan temas trascendentales en Peirce, como ciencia, la idea de Dios,

el musement y sus posibilidades mayores, la abducción y, como ella

misma señala del estudio de esta obra: “ constituye un camino acertado

para acercarse a la complejidad de su filosofía

(1) Whitman, W.(2000), Canto de mí mismo,Traducción e introducción de Marcela

Testadiferro , Editorial Astri. S.A, Barcelona.

(3) Varela, F. (2002) El fenómeno de la vida, Dolmen Ediciones, Santiago de Chile,

(4) Zalamea, F( ) Razones de la frontera y fronteras de la razón,

(5) Neruda, P. (1976), Memorial de isla negra, Editorial Seix Barral, Barcelona.

(6) Peirce,C, S. (1986), La ciencia de la semiótica, Ediciones Nueva Visión, Buenos Aires.

(7) Maturan, H, (1997), La objetividad, un argumento para obligar, Dolmen Ediciones,

Santiago de Chile.

(8) Maturana,H yVarela F, (2001), El árbol del conocimiento, Editorial Universitaria,

Décimo quinta edición, Santiago de Chile. p.162.

Comentarios

Estimado Dr.

Antes que nada celebrar este espacio y este exelente artículo. Soy mexicana, estudio en la UNAM, el octavo semestre de Lengua y literaturas hispánicas. Supe de la enactividad por un artículo de Cano, aplicándola a la música. Quisiera tener un poco más de bibliografía, pues pienso aplicar a la poética del XX de mi país, generación de los 50s, dicha teoría. Le dejo mis datos y espero regresar a este espacio con prontitud.

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yesyukan