La Epidemia de Trastornos Mentales (+1) (un texto de 2005)

Las variables y flexibles etiquetas siquiátricas están (y estaban en 2005) "a la orden del día". En todos se reconocen estados cambiantes de humor y de ánimo. Todos mostramos, de alguna manera, "trastorno bipolar", pero cuando esa etiqueta se encarna en un documento oficial, es porque ya "te has pasado de la raya". Cuanto más gente "se pasa de la raya", podría ser considerado un síntoma de que esta sociedad "tiene demasiadas rayas", es decir, que las libertades se van recortando de tal modo que una mayor mayoría "se las salta"... Pero la problematización es la carne del "sistema". Si no ya nos hubiéramos planteado seriamente el paulatino cierre de hospitales, centros de salud, farmacias, y demás servicios de "desproblematización". Esta idea la escuché una vez en las asambleas de la Asociación por la Solidaridad y la Paz de Andalucía (A.S.P.A.), referida a la propia ONG. Y me pareció muy sugerente. Si caminaramos por la senda del progreso, que se define como la "mejora contínua de las condiciones de vida", eso significaría que con lo que ya hemos mejorado la sociedad, hay (o habría) servicios que empiezan a sobrar, dado que la calidad de vida y el bienestar alcanzados en la sociedad invita a no seguir manteniendo los gastos correspondientes a estos servicios "de ayuda a la mejora social".

No hablo irónicamente. Sería interesante mirar en otras regiones del mundo qué ocurre al respecto. En Málaga, por ejemplo, se intenta construir un nuevo hospital centralizado, que sustituiría a otros tres ya existentes (y descentralizados). Si en muchas parcelas de la sociedad caminamos hacia la descentralización, ¿en qué cabeza cabe un Megahospital para el futuro?

El caso de Einstein es señero. Se considera, siguiendo la idolización (+idiotización) tan frecuente y vieja en esta cultura, "uno de los científicos más grandes de la humanidad" (olvidando así lo que ese señor recibió tanto en aprendizaje, como en recursos materiales, de la sociedad que lo envolvió, lo arropó y "lo parió"). Fué un estudiante la mar de travieso. Tanto que para evitar el conflicto ético de publicitar, por un lado, la importancia de "sus" descubrimientos científicos, pero sin airear demasiado sus libertades estudiantiles, esta última faceta está muy censurada. Es mi opinión tras rastrear un poco internet. Sí, se comenta que era un chico travieso; por ej., en la wikipedia. Pero casi se pasa por alto, sin prestarle más que una atención anecdótica. La imagen colectiva es lo que cuenta. Y sería muy peligroso reivindicar con fuerza esa faceta del sabio. Ya que eso nos llevaría a cuestionar nuestras cárceles académicas, o guantánamos del siglo XXI, donde encerramos y amaestramos a miles de millones de personas cada día, quitando las vacaciones.

Por mi parte fuí un niño "bueno". Pero ya de profesor ¡qué le vamos a hacer! me hice travieso y rebelde (pero sólo un poco ¡Eh!). Todo fué un proceso borroso, de continua adaptación a las circunstancias que iban surgiendo tras los cambios que esa rebeldía me llevaba a afrontar en mis clases y en mi investigación-acción.

A día de hoy, y como comenté recientemente a Adelaida de la Calle, no me arrepiendo de nada. No por chulería, sino porque ese verbo, aunque aún no rastreé su etimología, suena que te mareas... Y me gusta más el sentido chamánico de "impekabilidad", que se podría traducir como: "A lo hecho, pecho". O como dicen en Ixachilatlan-Amérika: "Ya Pasó".

Cuando llegó ese momento que refleja esa noticia del Diagonal, ya había hecho "la mili" en luchitas variadas a lo largo de años . Pero claro, esta cultura es gobernada por el miedo. Y dado que la "sacristía" científica de nuestra cultura es "el cerebro", pues cuando alguien es etiquetado así, ese policía interior que de alguna manera todos llevamos dentro nos lleva a pensar, p. ej.: "Si lo han encerrado en un siquiátrico, será por algo".

En mi caso hubo despistes de todos los colores. No es la especialidad de esta sociedad la de mantener a las personas más o menos informadas de lo que pasa. Sino todo lo contrario. La prueba la descubres cuando lees en un periódico una noticia que te haya tocado vivir de cerca. Entonces es cuando eres capaz de apreciar el poco aprecio por la información que tienen (en general) los medios de información (de masas) (le llamamos "Lenguaje Vacío").

Una periodista del mismo medio (originalmente esa columnita se publicó en "Málaga Hoy", en febrero 2005), vino para entrevistarme una semana antes a la Facultad de Ciencias de la UMA. Le denuncié claramente, para que lo difundiera, que lo que estábamos viviendo en el Estado Español, Andalucía, o en la Provincia de Málaga, era Terrorismo de Estado. Y punto. Porque entre otros detalles, estábamos acelerando el proceso de extinción de la especie humana en este planeta. Evidentemente el periódico no publicó nada (Me gustaría recuperar al menos sus apuntes...). Pero lo denunciamos en carteles, con el espíritu autogestionario que ha caracterizado en general nuestras luchas. Y fuí "gentilmente" invitado al siquiátrico. Chapeau por Rebeca, que metió esa cuña reivindicativa al final de la noticia.


Cuando salí del siquiátrico, la pregunta "del millón" era: ¿Pero estábas realmente enfermo?

Estaba claro que yo estaba viviendo un determinado estado de consciencia, digamos, diferente, o peculiar. De alguna manera me autoinculpo, en una denuncia de Terrorismo de Estado, en la que aparezco "yo solito" ("¡Ole tus Huevos!"), si bien debajo añado el apoyo del "Grupo de Investigación sobre La Simbiodiversidad". Os aseguro que jugar ese papel "no es un huevo que se echa a freir". Pero poneros por un momento en mi lugar. Tras años "sin rendir adecuadamente", en ambas facetas: académica e investigadora (sí teníamos claro la utilidad y pertinencia de nuestro trabajo de "ciencia activista", igual que una mayoría de la universidad y de la sociedad; pero siempre existen diversidad de opiniones...). Tras esos tantos años, va y se me ocurre una hipótesis. Una hipótesis científica. ¿O algún equipo científico había relacionado, como nosotros, el Terrorismo con la Extinción Humana? Ante esa ocurrencia, me podía haber callado, reprimido una vez más y "aquí no ha pasado nada". Pero el gusanillo que me entró por dentro era muy fuerte. Por fín desde la Simbiodiversidad nos surgía una hipótesis científica y contrastable. Una hipótesis de una vez. Y muy oportuna.

Y la verdad, después de todo, fue una revolución bastante cómoda. Como he dicho por ahí, fue al mismo tiempo un experimento, muy propio de la investigación-acción. Del SimBioGrupo hubo alguien que, un día antes de ser secuestrado del despacho de la facultad, veía en mi persona signos del "Arquetipo Luz" de Karl Joung. De eso me enteré a mi salida del siquiátrico. Como he comentado antes, mi estado de consciencia era claramente diferente. Simplemente porque andaba metido en algo bastante diferente. Meses más tarde alguien me pasó los síntomas del trastorno bipolar, según el Diccionario Larouse de Psicología. Y coincidían sorprendentemente. Se podía interpretar que cuando vives un estado de expansión de tu mente y tu consciencia (como para hacer una cosa así), sigues unos patrones determinados (en algunas facetas), que la "Policía Psiquiátrica" se ha encargado de categorizar y diagnosticar.

Y la Wikipedia. Que a pesar de tratarlo como una enfermedad y tal, en un apartado llamado "Trastorno Bipolar y Creatividad", mete toda una larga lista de personajes de distintos campos del conocimiento, que a lo largo de la historia han tenido, o se piensa que han tenido, este tipo de procesos bipolares.

Ya respiré al fín, más tranquilo... Estaba en un club ciertamente envidiable. Donde la creatividad era sagrada.

¡Salud y Creatividad!