viernes, 8 de octubre de 2010

Psicología de Masas del Fascismo



Nos gusta aplicar en general, las ideas y los conceptos, al aquí y ahora de nuestras vidas.

La Psicología de Masas del Fascismo encuentra un antídoto fenomenal en la Fenomenología de Husserl, nacida precisamente del fascismo imperante en su época, que le llevó a meditar sobre la base ideológica de las ciencias y del pensamiento formal.

La Fenomenología provocó una revolución muy profunda en el pensamiento del siglo XX. No obstante, como indica un gran husserliano, Javier Sanmartín, de la UNED, también ha sido y es una filosofía muy incomprendida, por una buena parte de la clase intelectual.

Cuando al final terminas comprendiendo la fenomenología, al menos desde mi punto de vista como biólogo, te das cuenta de la simplicidad de base que hay detrás de ella.

Husserl lo que hace es llevar el campo de batalla de las ideas al mundo de la vida o LebenWelt.

Es decir, considera ante todo, que somos organismos, seres vivos, que percibimos un mundo a nuestro alrededor, y que por ello la base de nuestros pensamientos, ideas y acciones, es la percepción.

Ahora bien, en occidente, con la urbanización e industrialización, de las personas y de las acciones cotidianas y de la educacion, se genera una cadena de acciones, entre distintas personas, dominada por la burocracia, y embebida por la especialización.

Si comparamos el mundo rural con este mundo urbano moderno, nos daremos cuenta como la percepción del mundo, que era holista en lo rural, pues el campesino no se mueve entre la teoría, sino en la práctica en y con el ecosistema físico, en la ciudad, se desmembra toda la sociedad, y generalmente aquellas personas que toman las decisiones para la mayoría, se encuentran muy alejadas de esta percepción holística, que había dominado miles de años los quehaceres del Homo sapiens.

Así ocurre que, las personas en la urbe, más enfrascadas en actividades, manuales, directamente acopladas, en y con el mundo físico (jardineros...) están separados de aquellos que toman las decisiones respecto a esos jardines. Los técnicos diseñan, pero no se llenan las manos de tierra, de humus. Se evaporan así, las interacciones sensoriales con el mundo físico, y se genera una clase de burócratas, que son los que toman las decisiones sobre ecosistemas en los que ellos no intervienen como organismos directamente ligados a ellos, sino a través de documentos, papeles, pantallas, y demás artilugios intelectuales, alejados en toda su naturaleza, de la realidad y creatividad del ecosistema como tal, sobre el que, con tanto desacierto, influyen.

Los que saben, los que saborean el ecosistema, no deciden, sino solo obedecen. Los que no saben, son los que deciden. Y así nos va.

La psicología de masas del fascismo sigue campando a sus anchas en muchos aspectos de nuestras sociedades. Y así nuestro biopoder, sigue "subliminalmente" domesticado, por el fascismo puro y duro, aunque no seamos casi conscientes de ello.

En las aulas, por ejemplo, donde siguen dominando las bancas esclavas y las clases magistrales, donde uno habla y los demas callan. Donde la información sigue sumida en su unidireccionalidad. Donde internet casi no ha entrado en escena. Donde el psicologismo, el conductismo, siguen campando a sus anchas.

Nosotros damos alternativas. El aula en "U", facilita la comunicación de ese 99% que en las aulas jerarquicas de bancas esclavas seguía mudo, y ciego, pues ni siquiera tenían fácil mirarse unos a otros los ojos en las clases, si acaso los cogotes...

Y en las ciudades moribundas de occidente, despobladas sus calles y plazas y centros, y tan llenas de coches, lo que las salva es volver a ruralizarlas. AnaRosa, de telecinco, ha creado una ONG o Fundación "La Última Frontera", y me llamaba la atención como han ayudado a crear huertos en las comunidades africanas desfavorecidas con las que trabajan. Pero eso no son proyectos de cooperación, pues no afectan, sino tangencialmente, a nuestra eurocentrica manera de ver y vivir en el mundo. Si terminamos para siempre con la dicotomía entre ciudad y campo, se nos acabarán muchos de los problemas urbanos actuales. Y para ello, señora AnaRosa, esos huertos tan bonitos, nos hacen también mucha falta aquí, en esta furibunda Europa, que se creyó un santo día, que podía "vivir del aire", y mandar sus huertos "al otro mundo", trayendo frutas por ejemplo desde Brasil...

Sí, el Sur es la solución, para ese norte tan desnortado...


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