La ecología ¡Es Una Epistemología Del Sur!
Vayamos por pasos. La palabra "ECOLOGÍA" se le ocurrió a David Thoreau, y fue más tarde utilizada por el señor alemán que estudiaba el desarrollo de los animales. Entonces, y pues, En la primera lección de ecología se debería decir, pero que muy desobedientemente, que la desobediencia civil es hermana indisoluble y epistemológica de la "ECOLOGÍA".
Ya estábamos más que glokalmente acostumbrados a ver hacer apología del conservadurismo político local, guisando y volviendo a guisar (suponemos que con distinto aceite) recetas radicales de la izquierda: Picasso, María Zambrano, Victoria kent y Mucho más Picasso.
Claro, pareciera que la clave de la ecología "era quitar la llave". "Y habíamos puesto a la zorra a guardar las gallinas". Si precisamente el pensamiento de derechas se caracterizaba por separar, mientras la izquierda era "unir". Entonces seguir separando a pesar de la supuesta preponderancia de la "ECOLOGÍA", como disciplina "desobediente", que lo que pretende es lo contrario, solo sería posible si "Mahoma no va a la montaña, la montaña irá a Mahoma". Entonces la "ECOLOGÍA" se diluyó "a uso del consumidor". Y quedó mayormente descafeinada, como algún avezado periodista o cronista en general habrá cuidado de narrar toda esta historia de descafeinamiento; de una disciplina que pensábamos nos iba por fín a disciplinar lo suficiente, a esta caterva de locos sin remedio que nos llamamos humanidad, o humanity.
Tratar de narrar esta historia reciente desde malaya hasta los pirateados del cuerno de África, sería similar a las dificultades que tuvo el muy señor mío mi amigo contertulio de una conversación telefónica, Daniel Everett (megusta decir que vuela más alto del Everest), cuando en sus veinte años de pesquisas, mientras se maravillaba más y más, también se atribularía "un rato" para tratar de mostrar en lenguaje greco-latino-judeo-cristiano, las simples majaderías comunicativas de un pueblo muy simple (incluso en el "mal" sentido de la palabra), tan "simples" que, siendo poco más que un equipo de furbol, "zan kargao" la liga más ilustre, más lustrada, esa que "limpia, fija, y da esplendor" (¡será al lenguaje del patriarcado!). El capitán del otro equipo, el perdedor (es curioso: son perde-nadores, ya que pierden para siempre la posibilidad de ganar; de ganar sin perder o de perder sin ganar) atiende al apellido "Chomsky", que como es de izquierdas, pues no solo acepta caballerosamente la derrota sino que la felicita. Jiaitiiji o Piraha.
Entonces, ¿como sería esa ecología epistemadamente sureña, desobediente, eco-social, económico-ecológica, animal, animada, viva, revitalizante, revitalizada, consensuada, radical, global, glokal, lokal?
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ResponderEliminarSí, existir, como palabra, se inventó primero para "Dios" ("Estar Afuera"). "Dios", por su mera existencia, representaba un privilegio único en su especie. Al que ningún humano podía siquiera emular. La fé, la creencia, marca el nivel de existencia de una cosa. Pero la fé medida desde la neurociencia, que nos dice que "una mentira repetida mil veces se convierte en una verdad". La fé y o creencia, por ejemplo, en tu ídolo (cual sea) preferido, es directamente proporcional a las veces que ese ídolo sale (o entra) por tu boca. ¿O es que se nos había olvidado lo que es un mantra? Y así nace también asimismo el concepto de verdad. Lo que tú más repites, tus mantras preferidos, constituyen tu verdad, pues según tu hacer, tu experiencia, y también tu hablar y tu pensar, esas determinadas redes neuronales realmente activadas y dinamizadas, son las que priman, son las que te identifican como ser vivo en interacción sensorial y neurosemántica